La dictadura venezolana encabezada por Nicolás Maduro saludó este domingo la conformación de un Ejecutivo de transición en Libia en lo que consideró como «un paso relevante para el logro de la paz y la estabilidad» en ese país africano.
«El Gobierno de la República Bolivariana de Venezuela extiende sus felicitaciones a las nuevas autoridades, considerando que es este un paso relevante para el logro de la paz y la estabilidad en el hermano pueblo libio», reza un comunicado difundido por la Cancillería.
El pasado viernes, el Foro de Diálogo Político Libio (FDPL), auspiciado por la Organización de las Naciones Unidas, eligió al diplomático Mohammad Younes Menfi como presidente del nuevo Gobierno unitario de transición que deberá convocar las elecciones del 24 de diciembre, con las que el país norteafricano intentará dar carpetazo a seis años de guerra civil.
Menfi, con fuertes vínculos con Turquía y que en diciembre de 2019 fue expulsado como embajador libio en Grecia por su apoyo a Ankara, fue el sorprendente ganador de un proceso celebrado esta semana a las afueras de Ginebra, en el que el FDPL (un organismo creado «ad hoc» por la ONU) eligió un Gobierno de unidad conforme a un acuerdo sellado el pasado noviembre en Túnez.
Para el Gobierno de Venezuela, Libia «sufrió una de las más viles y criminales agresiones, por medio de la nefasta Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN)», lo que, a su juicio, generó «la crisis política e institucional que se ha extendido hasta nuestros días».
El Ejecutivo del país caribeño mostró su esperanza de que, con el nuevo Gobierno, Libia consiga «un Estado de bienestar para todos, de paz con justicia social».
El FDPL, integrado por 75 cargos electos de toda Libia, eligió también a Abdul Hamid Mohammed Dbeibah como nuevo primer ministro, mientras que Mossa Al-Koni y Abdullah Hussein Al-Lafi serán vicepresidentes del Consejo Presidencial que presidirá Menfi.
Tras la elección, el secretario general de la ONU, António Guterres, aseguró que el Gobierno de transición supone un gran éxito de cara a poner fin al conflicto en el país y urgió a todas las partes a reconocer a las nuevas autoridades y a trabajar con ellas.
El entonces presidente de Venezuela, Hugo Chávez, fallecido en 2013, fue un respaldo fundamental para el líder libio Muamar al Gadafi, derrocado en 2011.
Como muestra de esa buena relación, Gadafi visitó Venezuela en 2009 en el marco de un encuentro bilateral en el que ambos reafirmaron su voluntad de hacer del Sur «un nuevo frente».
En aquella ocasión, Chávez le impuso al dictador libio el Collar de la Orden del Libertador y le obsequió con una réplica de la espada del prócer Simón Bolívar. EFE (I)