Guayaquil, Ecuador
Argentina es uno de los países de Latinoamérica más desarrollados, es el ejemplo exitoso de inclusión migrantes: italianos, judíos, portugueses, alemanes y españoles conformaron el más grueso grupo de inmigrantes. Varios de estos grupos llegaron con capital para invertir, lo que repercutió de manera importante en el desarrollo del país.
En lo político, no ha sido diferente al resto de países latinoamericanos, inestabilidad, caudillos, golpes militares, etc. A mediados de la década de los 40 emerge una figura que será gravitante en la historia política de Argentina; Juan Domingo Perón. El teniente coronel Perón, tempranamente llegó a ejercer como secretario de Trabajo y Previsión; en esta función aprovechó para hacer nexos con los sindicatos de trabajadores socialistas y comunistas del país, y logrando negociaciones que beneficiaban enormemente a los trabajadores. La popularidad de Perón fue creciendo hasta llegar a convertirse en vicepresidente, y luego en 1946, ser elegido presidente de Argentina.
La primera etapa peronista se caracterizó por mantener un exagerado gasto público que justificaba supuestamente con “redistribuir el ingreso hacia los pobres”, inflación excesiva e impresión descontrolada de billetes, proteccionismo elevado, exceso de regulaciones. Nacionalizó el Banco Central y todas las líneas férreas del país que antes pertenecían a empresas británicas y francesas.
Perón reforma la Constitución (1949) y fue reelegido en 1952, contó con el apoyo de la Confederación General del Trabajo, su liderazgo cívico e ideológico dio lugar a la creación de un partido político, el peronismo, determinante durante casi treinta años en la escena argentina, y cuya herencia pervive en el actual Partido Justicialista.
En este segundo período, Perón, debió afrontar graves problemas económico-sociales, tras haber arruinado una de las economías más pujantes del mundo, acabó siendo derrocado por un golpe militar el 16 de septiembre de 1955 y asilado en España. En Argentina se había creado el “mito de Perón”.
Los militares en el poder de Argentina desde 1966, convocan a elecciones; Perón impedido de ser candidato designó como candidato en su lugar a Héctor José Cámpora quien venía desempeñándose desde 1971 como su delegado personal en Argentina y fue parte del equipo que reorganizó al Partido Justicialista y preparó el plan de retorno de su líder que se materializó el 17 de noviembre de 1972.
En la campaña, en grandes carteles, junto al candidato Cámpora aparecían, Perón, Evita y la consigna era: “Cámpora al gobierno y Perón al poder” y los interesados con una consigna mucho más elocuente: “Perón vuelve, nosotros volvemos”.
En las elecciones de marzo de 1973, ganó Cámpora, se posesionó el 25 de mayo y renunció el 13 de julio del mismo año; apenas estuvo en el poder 49 días. Como estaba previsto, se convocaron a nuevas elecciones y la fórmula ganadora fue Juan Domingo Perón y su tercera esposa María Martínez, el resto es historia conocida.
Pero, la historia se repite, sólo cambia de nombres, las consignas en nuestro país, son las mismas: “Arauz al gobierno y Correa al poder” y “Correa vuelve, nosotros volvemos”.