Eleonor de Aquitania, la reina que cambió al mundo

María Rosa Jurado.

María Rosa Jurado

Guayaquil, Ecuador

Cuando me fijé en la novela “Aquitania”, me llamó la atención el poderoso escorpión que ilustra la portada y la intrigante frase al reverso.

“Alguien débil retrocedería. Alguien cobarde se paralizaría. Alguien cauto se centraría en defenderse. Alguien fuerte seguiría adelante pese al agravio. Alguien como ella, nieta del Trovador, duquesa de Aquitania, estaba haciendo lo que la sangre le susurraba a gritos: subir. Ascender al trono. Superarnos a todos, aliados y enemigos desde arriba”.

La novela narra la historia de Eleonor, duquesa de Aquitania, desde 1137, cuando hereda el ducado y se casa, siendo apenas una niña de trece años, con el heredero al trono de Francia, que será Luis VII, y cuyo padre es un eterno enemigo de Aquitania, a la que que envidia por su properidad y ubicación privilegiada, y quien además ha infringido a Eleonor una ofensa que nunca podrá perdonar ni olvidar. Y por la cual ella ha permanecido muda durante cinco años.

Pese a ser mujer y tan solo una niña, el propio Duque de Aquitania la ha ido instruyendo para reinar y saber defenderse.  “Jamás renunciarán a subestimarte”, le dijo antes de morir. “Encárgate de que paguen por ello”.

Desde el prólogo, Eleonor es quien nos cuenta su historia: “Esta es la historia de mis dos familias, Los terribles duques de Aquitania y los infames Capetos, monarcas de Francia y de cómo nos odiamos y cruzamos nuestras vidas una y otra vez hasta destrozarnos mutuamente en el turbulento siglo XII, la centuria en que Occidente cambió para siempre (…)«

Como reina siguió  los consejos que le diera diera su abuelo: “Actúa como un león, ellos no lloran por sus presas. Arremete como un águila, siempre desde arriba. Ejecuta como un escorpión, su aguijón es selectivo y solo inocula veneno al enemigo digno de su ataque.”

Al sumergirme en las intimidades de la familia y conocer sus terribles pasiones, intrigas y  secretos, se me vino a la mente la frase de la Marquesa de MaintenonDespués de aquellos que ocupan los primeros puestos, no conozco a nadie tan desgraciado como a quienes los envidian”. En efecto, en la vida de nuestra inteligente protagonista fuerte, intrépida, valiente y arrojada, apenas si tuvo momentos de calma. Su vida fue una larga batalla contra los enemigos de su tierra y de su linaje. Afortunadamente contará con buenos amigos y con la lealtad de su familia.

Prisionera en su propio castillo, espiada por los escoltas reales, por las doncellas, por su suegra, arrancada de sus tierras ancestrales, de sus familiares, súbditos  y amigos, con un marido que ha nacido más para monje que  para gobernante y que la sabe superior a él, Eleonor debe hacer uso de toda su disciplina y astucia para sobrevivir a las intrigas que la rodean y proteger a su Aquitania. Y es que,  ¿a dónde no llegaría un país tan amado por su gobernante? Reflexiono con un poco de envidia y un suspiro.

Para para conocer la personalidad de esta reina, hay que comprender que la lealtad a su tierra de Aquitania y a su gente es el leitmotiv de esta niña devenida en mujer antes de hora. La razón de sus razones y el secreto de su fortaleza para luchar toda la vida, de una forma que evoca al Sandokán de Emilio Salgari, y que no tiene nada que ver con la tradicional reina conserte, más bien decorativa, «yegua paridora de la monarquía».

Va la guerra, va a las cruzadas, intriga, maniobra, toma venganza por su propia mano, se arriesga, sorprende, escandaliza.

Más adelante, se casará con el rey de Inglaterra, dará a luz a diez hijos, entre ellos a Ricardo Corazón de León. Será la  abuela de Europa, se enfrentará contra su propio esposo, apoyada por sus hijos. Permanecerá en confinamiento 14 años.

Hay mucha tela que cortar cuando se trata de Eleonor de Aquitania. Y es importante destacar también su papel como mecenas de las artes y protectora de la religón católica, así como la elegancia y sofisticación que esta culta reina aportó a sus reinados. Fue mecenas de muchos artistas y se rodeó siempre de grandes intelectuales.

Sus restos reposan en la  Abadía de Fontevraud, de la que fue protectora, donde pasó gran parte de su vejez y donde está enterrada junto a su hijo favorito, Ricardo I. En su tumba, Leonor yace leyendo un libro. 

La autora de “Aquitania” es Eva García Sáenz de Urturi, una optometrista a  quien  su afición por la literatura la llevó a convertirse en  novelista y su talento, a triunfar en el oficio.  Con “Aquitania”, su novela que fusiona el género histórico con la intriga ganó  el “Libro de Ficción del Año” en 2018, la “Bala de Oro”, en Polonia, a la mejor novela negra extranjera de 2019 y el  “Premio Planeta” en el 2020.

Como bien dice la autora, la vida de Eleonor no daría para escribir un libro sino una enciclopedia. Para hacer una síntesis de la personalidad de esta gran mujer, me voy a remitir al capítulo llamado “El penúltimo día de la guerra”, cuando Luy (su marido, Luis VII, rey de Francia) y Eleonor están conversando a solas y Luy le dice: “Tal vez este sea el último día de la guerra” y ella le responde. “No lo es, Luy, no lo es. Somos quienes somos, reyes de Francia y Duques de Aquitania, y siempre va a haber una batalla en perspectiva, pero ahora pienso en que “Sólo sé seguir”. Que la vida no va a ponerse más fácil, solo podemos optar por ser más fuertes. Y prefiero pensar que siempre, todos los días, que vamos a vivir el penúltimo día de la guerra”.

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