La aplicación móvil de mensajería encriptada Signal dejó de funcionar en la China continental en las últimas horas, por lo que para utilizarla es ahora necesario el uso de redes virtuales privadas (VPN, por sus siglas en inglés).
Por el momento, no ha trascendido ninguna comunicación oficial que justifique este bloqueo.
Así, Signal se une a otras aplicaciones similares vetadas en el país asiático como WhatsApp o Telegram, para cuyo uso también es necesario activar una VPN que circunvale el llamado «Gran Cortafuegos de China», que impide el acceso a aplicaciones y páginas web censuradas por Pekín.
Signal, ‘app’ estadounidense, había estado funcionando hasta el momento sin necesidad de recurrir a redes virtuales para su correcta operación, y este lunes se podía hacer uso de ella sin impedimentos, mientras que hoy los mensajes no circulaban sin recurrir a una VPN, constató Efe.
«Nuestros datos muestran que la página web de Signal se bloqueó después del 5 de marzo y el 15 de marzo o antes», apuntó hoy la plataforma de seguimiento de la censura en China Great Fire a través de su perfil en la red social Twitter.
No obstante, la ‘app’ sigue apareciendo disponible en la tienda virtual para los teléfonos de la marca estadounidense Apple y cuenta con una puntuación de 4,9 sobre 5, valoración efectuada por más de 36.000 usuarios.
El mes pasado, la red social Clubhouse -que se popularizó rápidamente en China y en la que se crearon varias salas para charlar sobre temas que Pekín censura de manera habitual, como la matanza de Tiananmen o las protestas de Hong Kong- siguió la misma suerte que Signal.
China no permite el acceso de sus ciudadanos a plataformas como YouTube, Facebook, Twitter, Instagram, Google o Gmail, además de a las páginas web de gran cantidad de medios de comunicación extranjeros, aunque algunos chinos, en especial entre las poblaciones urbanas más jóvenes, cuentan con acceso a VPN.
Las empresas digitales chinas han desarrollado alternativas a estas populares plataformas, como Baidu en el caso de los buscadores, o WeChat -tanto aplicación de mensajería como red social, entre otros-, por lo que los ciudadanos chinos no necesitan recurrir a otras semejantes desarrolladas en el extranjero.
De este modo, las autoridades chinas pueden fiscalizar los mensajes que circulan por su ciberespacio y restringir las plataformas que pueden acceder a él. EFE