Nueve de cada diez afrodescendientes y africanos en España creen que la discriminación ha crecido en el país en los últimos años, principalmente en el ámbito laboral y vinculado a la vivienda y, pese a que muchos de ellos son españoles, aseguran que la gente los ve como foráneos por el color de la piel, lo que aumenta las posibilidades de ser discriminados.
Son algunas de las conclusiones del estudio «Aproximación a la Población Africana y Afrodescendiente en España: Identidad y acceso a derechos» realizado por el Ministerio español de Igualdad en el Día Internacional para la Eliminación de la Discriminación Racial.
El estudio se basa en una encuesta, que se presentará en la Semana Antirracista organizada por el Gobierno español y que comienza este lunes, realizada a 1.369 personas, la mitad de las cuales han nacido en España y el 71 % tienen la nacionalidad española; el 62 % son mujeres y el 36 %, hombres.
La investigación destaca que en algunos casos la discriminación llega incluso a convertirse en «una constante en sus vidas» y que las vivencias de discriminación son más dolosas para quienes han nacido en España o han adquirido la nacionalidad.
«El 60 por ciento no se sienten españolas, porque no se les reconoce como tales, debido a su color de piel y se les sigue visibilizando como foráneos; no se consideran uno más, se les genera unos problemas de identidad y de no sentirse de ninguna parte», destaca la investigadora y autora del informe, María Ángeles Cea D’Ancona.
El estudio detecta un bajo nivel de denuncias, solo el 10 % de las personas que han sufrido episodios de discriminación lo ha denunciado.
«El motivo por el que no lo hacen es porque piensan que no sirve para nada y también hay una tendencia a la normalización de la discriminación. Cuando se denuncia es porque lo consideran grave y acuden a la Policía o la Guardia Civil, pero la satisfacción es baja por la falta de respuesta y de que no han sido atendidos como debieran», explica Cea D’Ancona, catedrática de sociología de la Universidad Complutense de Madrid.
Pocos trabajos pese a la alta formación
Los encuestados tienen un nivel educativo medio-alto (incluso un 16 % tiene estudios de posgrado o doctorado), pero se sitúan en puestos de trabajo de baja cualificación (el 24 %) y media (el 44 %), con una media de ingresos de 1.500 euros al mes. Han quedado excluidos del estudio aquellos que no tienen acceso a internet o grupos más vulnerables.
Cuando se analiza en los encuestados las experiencias de discriminación laboral más comunes, destacan la de «no acceder a empleos para los que están formados» o que «le han rechazado durante una entrevista»; así lo creen cuatro de cada diez.
Casi la totalidad comparten que tienen menos oportunidades en el acceso a un puesto de responsabilidad (95 %), a un puesto de trabajo (94 %) y a una vivienda (91 %).
El 55 % de los encuestados residen en una vivienda de alquiler y apenas un 20 % en una vivienda en propiedad. Si bien, el acceso a la vivienda no ha sido fácil: el 47 % se ha sentido discriminado por «ser negro/a» y por el argumento de que «no quieren negros», aunque sean personas españolas. También por el prejuicios de que «carecen de financiación», sobre todo si es migrante.
La experiencia de discriminación por color de piel o rasgos étnicos es casi generalizada (78 %), seguida de por nacionalidad (47 %).
Las mujeres son quienes más aseguran haber experimentado discriminación por aspecto físico (33 %) y por género (54 %); mientras que la discriminación atribuida a su cultura y costumbres se menciona más por musulmanes (56 %) y los nacidos en África (33 %).
Discursos discriminatorios en los medios
La opinión extendida entre los representantes de entidades de personas africanas y afrodescendientes es que la discriminación hacia ellas se ha incrementado en los últimos años.
Lo atribuyen a la «extensión de los discursos racistas y xenófobos en los medios de comunicación y los discursos políticos, junto con el racismo institucional que ven en la Ley de Extranjería», unido a la falta de políticas públicas y de reparación contra el racismo y el colonialismo.
Para la directora general para la Igualdad de Trato y Diversidad Étnico Racial, Rita Bosaho, es necesario «superar el lenguaje que extranjeriza para cambiarlo por uno que asuma la diversidad étnica que hay en España». EFE (I)