Ecuador se encuentra en silencio electoral en una jornada de reflexión previa a la elección presidencial que decidirá al sustituto de Lenín Moreno entre dos opciones: en la izquierda, Andrés Arauz, y en la derecha, Guillermo Lasso.
Algo más de 13 millones están llamados a las urnas este domingo en Ecuador y sus representaciones en el exterior, donde pueden ejercer su derecho más de 410.000 electores.
Las últimas encuestas publicadas vaticinaban un empate técnico entre Arauz, delfín del expresidente Rafael Correa, y el conservador Lasso, que concurre por tercera y última vez a la liza presidencial.
¿Podrá Arauz repetir el resultado de la primera vuelta?
Sin embargo, y a la luz de los resultados de encuestas anteriores realizadas en el país nada está dicho.
La primera vuelta presidencial celebrada el 7 de febrero concluyó con la victoria clara de Arauz, pero también con denuncias de fraude del tercer candidato, el indigenista Yaku Pérez, que pujaba por el segundo puesto y quedó a 32.000 votos de Lasso.
El movimiento Pachakutik ha pedido el voto nulo como muestra de rechazo a la credibilidad del sistema electoral y de los aspirantes presidenciales, y el propio Pérez ha vaticinado que superará el 20 %.
Sin embargo, se desconoce el alcance que pueda representar ese voto protesta en el resultado de unos comicios que se tornan decisivos para definir la línea política que gobernará el país sudamericano los próximos cuatro años.
El analista político Santiago Basabe, profesor de Política Comparada en la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso) en Ecuador, arrojaba este sábado varios escenarios posibles, siendo el más factible una victoria de Arauz por un 10 %, y los votantes de Pérez como bisagras para conformar ese resultado.
Tras endosar varios bloques de votos, concluye que Arauz cosecharía un total del 52,50 % del favor del electorado, frente a Lasso que podría alcanzar el 42,50 %.
«Conclusión: Los votos de Yaku Pérez son clave y definirán si Arauz o Lasso ganan la Presidencia», escribió en redes.
En esta ocasión 300 observadores, entre los que 70 forman parte de una misión de la Organización de Estados Americanos (OEA), la más amplia desde el inicio de la pandemia, vigilarán el proceso electoral al que la Eurocámara no ha despachado delegación.
La desconfianza en el sistema electoral es palpable en el último tiempo entre la ciudadanía ecuatoriana.
«No la tengo porque conozco muy de cerca el tema, patrociné a candidatos y tuvieron malas experiencias porque el sistema no es seguro y el método de participación no da garantías», expresó a Efe la abogada Nora Ayabaca, de 40 años, que esta mañana se ejercitaba en el parque de La Carolina, ubicado en el norte de Quito.
La letrada cree que las elecciones se producen bajo «un panorama bastante complicado económica y socialmente», y revela que sufragará por Lasso, al considerar que los votos nulos que ha depositado en el pasado «no han tenido ningún tipo de efecto».
Su explicación, asegura, es que el candidato del correísmo «no da una seguridad para todo lo que tiene que ver con temas de corrupción».
Por su parte, la joven Jenny de 25 años, vendedora de «salchipapas» en un pequeño puesto ambulante, indica que, pese a que ninguno de los presidenciales le transmite confianza, se decantará por Arauz, «mi única opción que tengo ahorita».
De todas las promesas hechas en campaña, anhela que el futuro presidente genere «más empleo en el Ecuador, que tengamos salud, educación y podamos estar tranquilos en nuestro lugar de trabajo».
Protocolos de seguridad estrictos
Esta segunda vuelta se ve marcada por un aumento del índice de contagios y el sistema hospitalario saturado en la capital y otros puntos del país, por lo que se esperan medidas más estrictas una vez concluya la votación en la que se seguirán estrictos protocolos de bioseguridad.
Las jornadas adelantadas de estos comicios se iniciaron el jueves, con los privados de libertad, y el viernes se desarrolló la modalidad del voto en casa para personas con discapacidad y mayores de 50 años.
El Consejo Nacional Electoral (CNE) ha recordado a los electores que deben votar en los mismos recintos que en la primera vuelta, cuando también se llevaron a cabo comicios legislativos.
El órgano electoral resolvió por otra parte que, a diferencia de febrero, en el balotaje no habrá un conteo rápido oficial, debido a que el tiempo de procesamiento del muestreo podría coincidir con los resultados con base en el escrutinio, dado que solo deberá contarse una única papeleta con el binomio de presidente y vicepresidente.
«La verdad, ninguno de los dos candidatos me convence», valora Eric Pérez, estudiante de Finanzas de 24 años de Quito, que considera la crisis sanitaria y la «pobreza que ha aumentado de forma exponencial» sus principales preocupaciones.
Ante un futuro incierto, bromea con sus amigos del fútbol, que lo único que tiene claro es que el Clásico «lo ganará el Real Madrid». EFE (I)