Se ganó y ahora qué…

Gonzalo Orellana

Londres, Reino Unido

Escribo este articulo con una enorme alegría. La derrota del Correísmo y la llegada de alguien que cree en la democracia y la honestidad es un enorme paso. El 11 de abril se derrotó a una mafia. Sin embargo, este articulo no se trata de hacer un análisis de porque ganó Guillermo Lasso: se trata de pensar cómo hacer que su presidencia sea un éxito por el bien de todos.

Existen varios ejemplos en la región en el que Guillermo Lasso puede mirarse para evitar cometer errores. El primero a evitar es la arrogancia. Cuando Mauricio Macri llegó al poder en Argentina prometió una lluvia de inversiones y que la inflación se arreglaba en cuestión de semanas. Él estaba convencido que con su apellido y con simplemente ser distinto al Kirchnerismo se iban a resolver todos los problemas. El tiempo le demostró que estaba completamente equivocado.

Esto no quiere decir que inversionistas ecuatorianos y extranjeros no estén enormemente aliviados de que el correismo no haya vuelto, pero tener a alguien como Lasso o Macri en el poder es solo el inicio y no debemos esperar ninguna lluvia de inversiones si es que el nuevo gobierno no toma las medidas correctas y hace reformas.

El otro error que cometió Macri fue continuamente pensar en las encuestas, esta constante búsqueda de popularidad hizo que pospusiera constantemente las reformas que Argentina necesita, pensando siempre en si eso iba a afectar sus posibilidades de reelección. El resultado: no hizo reformas y tampoco fue reelecto. La realidad política es que el primer año es cuando un presidente puede hacer más debido a su legitimidad de haber sido recién electo, y siendo aún más realista, son los primeros 6 meses donde hay que poner «toda la carne en el asador».

También en la región vemos un error cometido por otro líder de centro derecha: Sebastián Piñera. El presidente chileno se ha enfocado en mostrarse eficiente y competente, su exitoso proceso de vacunación es una muestra de ello. Sin embargo, eso no es suficiente. La falta de empatía de Pinera es su talón de Aquiles, y si lo es en un país rico como Chile lo será aún más en un Ecuador post pandemia. Lasso tiene la difícil tarea de mostrarse competente, la campaña de vacunación es un buen momento para demostrarlo, pero también empático con los millones de ecuatorianos que se encuentran en una situación desesperada. Es esa desesperación la que llevó a millones a votar por Arauz, aun a sabiendas de que representaba a un gobierno corrupto y autoritario.

Lasso fue capaz de sumar apoyos variados en la segunda vuelta, en gran parte debido al cambio de forma y fondo de la campaña. El lema de “Encontrémonos” fue un gran acierto. En los próximos 4 años va a tener que hacer lo mismo, buscar tender puentes con diversos sectores que no son naturalmente afines a un banquero del Opus Dei. Guillermo Lasso necesita diseñar un gabinete amplio con representación de gente diversa que refleje a toda la sociedad y necesita operadores políticos que sean capaces de llegar a todos los sectores. En mayo la Conaie escoge a un nuevo presidente, en reemplazo del siniestro Jaime Vargas, lo que plantea una oportunidad de establecer una nueva relación con este sector.

El triunfo de Lasso es extraordinario, que la mayoría de los ecuatorianos haya votado por un banquero es simplemente increíble. Esto muestra dos cosas: la primera es el miedo y bronca que una mayoría de ecuatorianos tiene hacia el correismo por sus abusos, la segunda cosa es aún más interesante, y es que una mayoría de ecuatorianos está dispuesto a intentar un camino distinto al que llevamos caminando durante 14 años.

Ese nuevo camino que Lasso ha descrito como enfocado en el empleo y el crecimiento económico no basado en un estado enorme que simplemente no podemos pagar, sino en el emprendimiento de los ecuatorianos. Qué tanto estará el Ecuador de caminar ese camino dependerá en buena parte del éxito de Lasso en los próximos 4 años. Lasso debe saber que su llegada al poder es solo el inicio, que debe ser valiente para tomar decisiones aun si son impopulares en el corto plazo y que debe pensar continuamente sobre todo en quienes lo están pasando peor. El domingo dimos un gran paso. Ahora a ponerse a trabajar.

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