Aguas turbulentas en la campeona del mundo

París, 13 jun (EFE).- La tensión se notaba en su lenguaje gestual, mirada inquieta y sonrisa forzada. Sentado frente a decenas de periodistas, la estrella de Francia, Kylian Mbappé, abrió la Caja de Pandora de la selección campeona mundial de 2018.

Si la figura mítica de Pandora destapó la caja que asolaría de males al mundo, esta vez fue el delantero del PSG quien puso al descubierto una cierta fractura en el seno de los «bleus».

El roce con Olivier Giroud, uno de los veteranos del combinado, puede dejar marcas en un grupo que había olvidado las controversias del pasado -cuyo cenit fue el motín en el mundial de Sudáfrica en 2010- gracias a la armonía promovida desde la llegada de Didier Deschamps en 2012.

De manera velada, Giroud, de 34 años, echó en cara a Mbappé, de 22, que le ignorase durante el partido amistoso del 8 de junio ante Bulgaria.

Respondiendo a un periodista, alegó que si había permanecido discreto en el partido, a pesar de anotar dos goles, había sido porque «no había recibido los pases a pesar de sus desmarques».

La indirecta no se le escapó a la estrella del PSG, quien pidió a Deschamps salir en conferencia de prensa para explicar su versión un día después del incidente.

«Quería haber venido el jueves, no hoy, pero el seleccionador (Didier Deschamps) me dijo que no era el buen momento. Hoy me ha tocado y he obedecido», explicó el joven delantero. Directo al grano, seguro de sí mismo y locuacidad, se explayó sobre la polémica, en medio de un ambiente de cierta tensión.

«La situación (dentro del grupo después del incidente) estaba un poco un poco tensa, pero siempre es así. He conocido unos cuanto vestuarios, lo más importante es hablar las cosas, dejar las cosas claras y dar un mensaje al grupo», refirió.

Pero lo que más le ha dolido al icono de la selección fue haberse «enterarse por la prensa» de las quejas de Giroud. «Podía haber venido a hablar conmigo antes», lamentó.

GRUPOS DE PODER

Cómo gestionará ese conflicto Deschamps es una incógnita. Dentro del grupo, Giroud tiene peso por ser uno de los más veteranos, junto al capitán Hugo Lloris, Paul Pogba o Antoine Griezmann. Es además uno de los máximos anotadores de la historia de la selección francesa, solo a cinco goles de Thierry Henry.

Mbappé, de 22 años, tiene mucha menos experiencia, pero su influencia futbolística es innegable, también su carisma.

Quién tomará partido por quién en esta disputa puede perturbar el ambiente de la selección considerada favorita para ganar la Eurocopa.

Giroud es muy cercano a Lloris, portero del Tottenham. Los dos viven en la misma ciudad (Londres, aunque al servicio de diferentes equipos). El delantero del Chelsea también se lleva bien con Benjamin Pavard, lateral del Bayern Múnich. Se vio en cómo celebraron juntos el segundo de Giroud, a pase de Pavard.

El fornido delantero acumula también una polémica con otro compañero, el rescatado Karim Benzema. El punta del Real Madrid, en la época que estaba apartado de la selección, menospreció el estilo de Giroud. «No confundamos un kart con la Fórmula 1», cuando respondió a una cuestión sobre una comparación entre ambos.

Sin embargo, Mbappé tiene ascendente sobre las generaciones más jóvenes. Pero también ha conectado bien con pesos pesados, como Pogba, Griezmann y Benzema, con el que no había coincidido hasta ahora en la selección.

Al menos públicamente, el joven prodigio del PSG no ha dado señales de haber sellado la paz con Giroud. En dos días, ante Alemania, habrá que ver si esa herida en el vestuario deja marcas en el terreno de juego. EFE (I)

Más relacionadas