Guayaquil, Ecuador
En las luchas por la emancipación, los ejércitos libertarios estaban jerarquizados, siguiendo los patrones de los ejércitos de las metrópolis. Los ascensos eran otorgados por méritos de guerra. Creadas las nuevas repúblicas, las luchas continuaron, pero para captar el poder político, los gobernantes, en su mayoría fueron militares, no hubo cambios significativos.
A inicios de siglo XX en el gobierno del Presidente Eloy Alfaro, se inicia la verdadera profesionalización militar. En varias constituciones fue preciso que conste que sólo el Ejecutivo tenía la potestad de ordenar la estructura militar y otorgar grados militares; ya que aparecían coroneles y generales “proclamados” por las “montoneras alfaristas”. A estos ‘coroneles-hacendados’ se los calificaba popularmente como ‘coroneles gritados’, tanto para destacar el hecho de que el rango les había sido conferido por sus propias tropas, al grito de ¡Viva mi coronel!, como para diferenciarlos de los ‘coroneles graduados’, es decir, de aquellos que habían recibido su grado de las autoridades correspondientes.
Eloy Alfaro, visionario mandatario, fue de los gobernantes que hizo los mayores esfuerzos por la profesionalización de las fuerzas militares, trajo una misión militar chilena encargada de formar a oficiales y tropa para el comando de sus unidades. Elaboraron reglamentos y manuales bajo una doctrina militar adaptada a nuestra realidad. La primera Ley Orgánica fue aprobada por el presidente Alfaro en 1905 y contenía la estructura orgánica, duración de la carrera militar, sistemas de ingreso y egreso de la institución, sueldos, ascensos, pensiones. Como justo homenaje al general Eloy Alfaro, la escuela militar del Ejército lleva su nombre.
En 1922, llegó la Misión Militar Italiana, igual que la chilena, cuadyuvó al fortalecimiento de la formación profesional de los militares. La Misión Militar Italiana organizó y puso en acción vastos planes didácticos, creando para el efecto, cursos especiales de Infanteria, Caballería, Artillería, Ingenieros, Sanidad, Aviación, Mariscalia. El Ejército entra en una verdadera etapa de modernización; con la creación de la aviación militar el ministerio de Guerra y Marina, se convertiría en ministerio de Defensa Nacional.
“Hoy, la carrera de las armas, en casi todos los países de la región, ya no se hacen en los campos de batalla, sino en las academias militares y en el ejercicio de funciones tecnoburocráticas. Los ascensos no son resultado de acciones heroicas o de favores clientelísticos otorgados por un omnímodo jefe, sino que provienen de estudios, méritos y disciplina que resumen en el concepto de antigüedad. Ahora es una limpia hoja de servicios, la única que le garantiza a un oficial la posibilidad de avanzar en el estricto escalón militar. Como consecuencia de este profundo cambio que ha experimentado la vida militar latinoamericana, se han constituido fuerzas armadas profesionales e institucionalizadas que son hoy las que prevalecen en la mayor parte de los países de América Latina”. (Hurtado Osvaldo. Cordes 1988).
Pese a los afanes del correismo de debilitar a nuestras Fuerzas Armadas, éstas se mantienen como la institución protectora de los derechos, libertades y garantías de los ciudadanos, cumpliendo su misión fundamental la defensa de la soberanía y la integridad territorial y de acuerdo a la Constitución y a la tradición democrática, están subordinadas al poder político legítimamente elegido por el pueblo en las urnas, pero jamás alineadas al proyecto político de gobierno alguno.
