Traductor afgano ya evacuado relata su odisea para llegar al Aeropuerto de Kabul

Miembros del Ejpercito alemán junto a interpretes afganos

Un afgano que trabajó como traductor de la Bundeswehr (Fuerzas Armadas alemanas) y consiguió a duras penas salir de su país y llegar a Alemania relata su odisea, que resume en un agradecimiento por seguir vivo.

El traductor afgano muestra una foto que de alguna forma es un impactante documento de la época que le ha tocado vivir. El hombre de 29 años cuenta que la tomó en su huida hacia el aeropuerto de Kabul.

En ella, las mujeres avanzan con el agua hasta las rodillas por el agua sucia del canal, un espiral de alambre de espinos, en la que quedó enganchada una camisa, lo atraviesa, y detrás de un muro se ven soldados delante de una cerca.

Trabajó diez años como traductor para las fuerzas armadas alemanas en ciudades como Kabul y Kunduz. «En donde me necesitaran», afirma. Ahora llegó a una residencia para refugiados en la ciudad alemana de Karlsruhe.

«Estoy feliz de haber sobrevivido», dice. Pero no se siente bien. No pudo dormir durante semanas. Se cuidaba de los talibanes. Intentaba ser rescatado de su patria, al igual que miles de otros empleados locales de las tropas occidentales. Ahora que ya se encuentra en Karlsruhe quiere tratar de relajarse un poco. «Y luego veremos qué pasa», añade. Afirma que no tiene ayuda médica o psicológica.

El hombre de 29 años cuenta su odisea. Recibió un visado de la Bundeswehr (las Fuerzas Armadas alemanas) y también tenía documentos que acreditaban todos esos años de trabajo. Pero cuando quiso echar mano de sus contactos con la Bundeswehr, no logró hablar con nadie, o le colgaban el teléfono. No cree que se haya tratado de problemas técnicos. Él y sus amigos lo intentaron varias veces.

Él, su esposa y sus acompañantes esperaron durante mucho tiempo en el canal de desagüe, incluso por la noche. La esperanza era que la presencia de los soldados ahuyentara a los talibanes. Si llegaban a encontrar los papeles alemanes, podía significar la muerte.

Cuando este hombre describe el canal que terminó siendo su salvación, habla de «agua negra», de «un río de desagüe de inodoros». También subraya: «No fue una película, era nuestra vida». Asegura que se quedó despierto toda la noche.

Recién cuando los soldados lo llamaron desde el otro lado, el periplo continuó: de allí al aeropuerto y luego en avión hacia Uzbekistán. Desde allí continuó viaje a Fráncfort.

El jueves, las Fuerzas Armadas alemanas pusieron fin al puente aéreo con el cual, según datos oficiales, evacuaron en 11 días a más de 5.300 personas de al menos 45 países, entre ellas alrededor de 500 alemanes.

El Gobierno alemán asegura que ayudará a los que quedaron atrás. En tanto, el jueves, decenas de personas murieron en los atentados contra el aeropuerto de la capital afgana, Kabul.

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