El desempleo en Brasil pasó del 14,1 % en junio al 13,7 % en julio, la menor tasa del año y la más baja de los últimos 13 meses en el país, una caída atribuida a la expansión de la ocupación en el país, reflejo de la desaceleración de la pandemia en el gigante suramericano.
La tasa de desempleo no era tan baja desde el trimestre concluido en junio de 2020, cuando se ubicó en el 13,3 % y desde cuando comenzó a subir hasta alcanzar el récord de 14,7 % en marzo de este año.
No obstante, en la más fuerte economía de latinoamérica, más de 14 millones de personas siguen con los brazos cruzados, según datos divulgados este jueves por el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE).
De acuerdo con la entidad, la tasa promedio de desempleo en el trimestre móvil cerrado en julio bajó un punto porcentual frente al registrado en el trimestre concluido en abril pasado (14,7 %) y prácticamente estable con el nivel de desempleo de julio de 2020 (13,8 %).
Los datos señalan que al cierre de julio pasado Brasil, con 213 millones de habitantes, tenía 14,1 millones de personas sin empleo, lo que supone 676.000 desempleados menos que el trimestre móvil cerrado en abril de este año, pero 955.000 más que al cierre de julio de 2020.
El resultado de julio muestra una tendencia en la reducción de la tasa de desocupación, reflejo de los avances en la vacunación contra la covid y a la disminución casi total de las restricciones impuestas por la pandemia en el gigante suramericano.
De acuerdo con Adriana Beringuy, analista del IBGE, esa retracción está siendo «fuertemente influenciada» por la expansión de la ocupación, que en el trimestre terminado en julio creció un 3,6 % lo que abrió las puertas laborales a más de 3 millones de personas y elevó la tasa de ocupación al 50,2 %.
Si se compara con el promedio de población ocupada al cierre del trimestre móvil concluido en abril de 2020, el aumento es del 8,6 %.
«Es la primera vez, desde que finalizó el trimestre en abril de 2020, que el nivel de ocupación está por encima del 50 %, lo que indica que más de la mitad de la población en edad de trabajar está ocupada en el país», destacó la analista.
Según el informe del IBGE, en el trimestre terminado en julio hubo crecimiento significativo en 6 de las 10 actividades económicas analizadas, con especial realce para la construcción y para los servicios doméstico y de alojamiento y alimentación, sectores que tuvieron grandes pérdidas en 2020 por la pandemia.
La economía brasileña comenzó a reactivarse en 2021 después de contraerse un 4,1 en 2020 por la pandemia.
La economía brasileña se mantuvo estable en el segundo trimestre, con una caída del 0,1 % frente a los tres primeros meses del año, cuando el PIB avanzó un 1,2 %, y permaneció en el nivel que tenía a finales de 2019, antes de la llegada de la pandemia del coronavirus al país.
La positiva evolución del país y las favorables perspectivas esperadas para la potencia sudamericana llevaron al Banco Central a estimar en 4,7 % su proyección para el crecimiento de la economía de Brasil este año y a prever que el PIB aumentará 2,1 % en 2022, según las proyecciones divulgadas este jueves por el emisor.
El emisor también prevé que la inflación de la potencia suramericana en 2021 llegue al 8,3 %, bastante arriba del 5,8 % que había proyectado en junio y muy por encima de la meta que se impuso para este año, que es de 3,75 %, con un intervalo de tolerancia de 1,5 porcentuales, es decir que puede variar entre 2,25 % y 5,25 %.
La inflación alcanzó el 0,87 % en agosto y ya se aproxima a los dos dígitos (9,68 %) en el acumulado en los últimos 12 meses, impulsada principalmente por los precios del transporte y específicamente por los de los combustibles.
Las altas presiones inflacionarias han obligado al Comité de Política Monetaria del Banco Central a cerrar el ciclo monetario expansivo y a elevar los tipos oficiales de interés, ahora en el 6,25 % anual. EFE (I)