«La extrema derecha ha llegado para quedarse», dice historiador italiano

Matteo Salvini

«La extrema derecha ha llegado para quedarse», afirma el historiador y politólogo italiano Steven Forti, quien en su último libro, «Extrema derecha 2.0», presenta a la «familia» ultra como un conjunto de formaciones no siempre homogéneas pero que se nutren muy bien de las contradicciones de la sociedad actual.

En «Extrema derecha 2.0. Qué es y cómo combatirla» (Siglo XXI), Forti, profesor asociado de la Universidad Autónoma de Barcelona e investigador del Instituto de Historia Contemporánea de la Universidad de Nova de Lisboa, señala que la nueva extrema derecha se ha convertido en un fenómeno global, alejada ahora (sobre todo en el plano estilístico) de los fascismos y permeada del populismo como un estilo de hacer política a derecha e izquierda.

En entrevista con Efe, Forti afirma que «las razones del avance de la extrema derecha global son múltiples y tienen que ver con el aumento de las desigualdades, las consecuencias del modelo económico neoliberal, la precarización del trabajo”, entre otras.

A juicio de Forti, es evidente «el deshilachamiento de nuestras sociedades y la pujanza del individualismo», en un sentido más egocéntrico e introspectivo que de afirmación del individuo como ciudadano, como parte sustancial de una sociedad, de una «res publica».

Y destaca que esto – unido «al aumento de la desconfianza, el miedo, la preocupación, la angustia hacia los cambios rápidos que se están produciendo en las relaciones sociolaborales o en el sistema mediático», más la percepción distante y recelosa que tiene el ciudadano hacia partidos y sindicatos convencionales- genera un caldo de cultivo idóneo para el auge de este tipo de formaciones ultras.

Las grietas de la polarización

Por otro lado, «la polarización de las sociedades, sobre temas como el aborto la identidad de género, el feminismo, la migración”, ha producido grietas muy profundas y «la extrema derecha sabe muy bien cómo hurgar en esas grietas y aprovecharlas», subraya.

«Estas cuestiones siguen sin resolverse y no hay soluciones fáciles. Mientras no se encuentren vías para solucionarlas sin dejar a nadie atrás y por medios democráticos, la extrema derecha seguirá ahí. No es invencible pero de momento sigue ahí”, señala Forti.

En opinión del politólogo italiano, existe un debate sobre lo que es y no es extrema derecha, de ahí el concepto «extrema derecha 2.0» con el que titula su libro y con el que se pretende resaltar “un fenómeno nuevo, muy distinto del que primó en el siglo pasado, tanto del fascismo como del neofascismo”.

“Podemos hablar de una familia a nivel global” y aunque el trumpismo, el líder de la Liga y exministro italiano del Interior, Matteo Salvini, el primer ministro húngaro, Viktor Orban, o el partido español Vox “tienen divergencias, también tienen muchas más cosas en común”, afirma Forti.

“En el libro intento ceñirme al mundo occidental: Europa, Estados Unidos, Brasil y América Latina en general, pues creo que el concepto ‘Extrema derecha 2.0’ cuadra mejor aquí. Para otros países como India, Turquía, Rusia incluso, quizá es un concepto que no sirve de mucho. Sin embargo, creo que sí podemos hablar de una ola autoritaria global”, señala.

El politólogo italiano subraya que, “hace tres décadas”, el discurso de extrema derecha “no era aceptable en el plano político convencional y solo era propio de grupúsculos neonazis o neofascistas”.

Hoy -precisa- “lo utilizan tranquilamente” políticos como Salvini o la dirigente de Agrupación Nacional y firme aspirante a la Presidencia de la República Francesa, Marine Le Pen, y esas ideas “son en gran medida aceptables para la opinión pública”.

“Esto tiene claramente consecuencias sobre los partidos políticos que no son de extrema derecha pero que a veces acaban comprando o utilizando a medias estas teorías o discursos”, señala.

“La extrema derecha ahora es muy tacticista. Por ejemplo, Salvini y Le Pen no defienden ahora un ‘italexit’ o un ‘frexit’. En cambio hablan de una reforma de Europa, pero no de abandonar la Unión Europea”, comenta.

El populismo es clave

Y esa ola autoritaria y de pensamiento tan aparentemente disperso y a la vez tan homogéneo no se entendería finalmente sin un fenómeno clave en nuestros días como es el del populismo, que no es inherente ni propio de la extrema derecha sino que atraviesa todo el espectro político y carcome la raíz misma del Estado liberal.

“El populismo -opina Forti- más que una ideología, es una retórica, un estilo; es más un adjetivo que un sustantivo”.

“En la actualidad se ha convertido en un cajón de sastre en el que meter todo lo que no encaja en las ideologías o el modo de hacer política tradicional”, comenta Forti, para quien “la extrema derecha hace un amplio uso de las herramientas del populismo”.

“Lo que vemos de las nuevas extremas derechas, y si nos fijamos en la Hungría de Orban, es lo que se denomina la ‘democracia iliberal’, es decir, la voluntad de vaciar desde dentro la democracia” hasta el punto de que “formalmente es una democracia, pero en la realidad todo es un espejismo”, subraya Forti. EFE (I)

Más relacionadas