El asesor jefe del Gobierno estadounidense para cuestiones médicas, Anthony Fauci, admitió este sábado que es posible que la nueva variante de la COVID-19 identificada en el África austral ya haya llegado a EE.UU., pero aún no haya sido detectada.
«No me sorprendería que esté aquí y no la hayamos detectado todavía. Cuando tiene un virus que se transmite con tanta facilidad y ya hay casos en otros países a consecuencia de los viajes, casi invariablemente terminará llegando a todas partes», dijo Fauci en una entrevista en la cadena NBC.
Por el momento, los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de EE.UU. (CDC, por sus siglas en inglés), aseguran que no han detectado casos de la cepa omicrón en el país.
A última hora del viernes, la gobernadora de Nueva York, la demócrata Kathy Hochul, fue la primera en declarar un estado de emergencia por la nueva variante, que entrará en vigor el 3 de diciembre y se alargará hasta, por lo menos, el 15 de enero.
Con esta medida, Hochul busca aumentar la capacidad de respuesta de los hospitales contra la COVID-19 mediante la prohibición de llevar a cabo actuaciones no esenciales si se dan determinadas circunstancias y ampliar la capacidad del Gobierno estatal para comprar suministros médicos de emergencia.
La detección de esta nueva variante del África austral preocupa a la comunidad científica porque presenta una amalgama de más de 30 mutaciones que, si bien algunas ya se habían observado en otras variantes, como la beta, esta es la primera vez que se ven juntas.
Los temores a esta nueva cepa han llevado a varios países en todo el mundo, incluido en la Unión Europea, a cerrar el tráfico aéreo procedente desde países del sur de África, en especial Sudáfrica y Botsuana.
Estados Unidos, España, Francia, Italia, Reino Unido, Alemania, Países Bajos, Singapur, Canadá, Austria e Israel son algunos de los países que han suspendido los viajes de forma temporal o anunciado que impondrán restricciones. EFE (I)