El Ejército de Estados Unidos comenzó este miércoles a expulsar a los soldados que han rechazado vacunarse contra la COVID-19, una medida que afecta a más de 3.000 uniformados.
La secretaria del Ejército, Christine Wormuth, dispuso en una directiva que se inicie «la separación administrativa involuntaria» de los militares que rechacen ser inmunizados contra el coronavirus y no tengan ninguna exención.
«Los soldados no vacunados presentan un riesgo para la fuerza y ponen en peligro su preparación», indicó Wormuth en el texto, donde instó a los comandantes a cumplir con esta orden «lo más rápido posible».
Según datos del Ejército, a fecha del 26 de enero el 96 % de los militares en activo de esta rama de las Fuerzas Armadas estaba completamente vacunado, mientras que 3.350 habían rechazado inmunizarse y había recibido una reprimenda oficial.
Asimismo, cerca de 5.900 había recibido una exención temporal. En su directiva, el Ejército indica que aquellos que hayan solicitado una exención por motivos médicos o religiosos y cuyos casos todavía no hayan sido revisados quedan excluidos de la orden hasta que sus peticiones sean estudiadas.
El secretario de Defensa, Lloyd Austin, dispuso en agosto que todos los soldados, tanto los que están en activo como en la reserva, se vacunaran en cumplimiento con la orden del presidente de EE.UU., Joe Biden, de que todos los empleados federales se inmunizaran contra la covid.
Aun así, Austin permitió que cada rama de las Fuerzas Armadas estableciera sus propios plazos: tanto la Armada como la Fuerza Área comenzaron a dar de baja a los soldados no vacunados en diciembre. EFE (I)