Boris Johnson dice en Escocia que «no es el momento para otro referéndum»

British Prime Minister Boris Johnson leaves 10 Downing Street for Prime Minister Questions (PMQs) in the House of Commons, in Central London, Britain, 25 March 2020 (reissued 06 April 2020). According to reports, British Prime Minister Boris Johnson has been moved to intensive care unit on 06 April 2020 after his symptoms have worsened. Johnson was admitted to hospital yesterday, ten days after being tested positive for the SARS-CoV-2 coronavirus which causes the Covid-19 disease. (Reino Unido, Londres) EFE/EPA/WILL OLIVER

El primer ministro británico, Boris Johnson, afirmó hoy durante su visita al congreso de primavera de los conservadores escoceses que “no es el momento para otro referéndum” en Escocia.

Johnson alertó en su intervención en la conferencia «tory» contra la agenda del gobierno autónomo de Escocia, liderado por el Partido Nacional Escocés (SNP), que defiende un nuevo plebiscito sobre la independencia para antes del final de 2023.

«No es el momento para tener discusiones sobre la Constitución” del Reino Unido, dijo ante el repleto auditorio P&J de la ciudad escocesa de Aberdeen, «mientras un país europeo está siendo bombardeado en la guerra más cruenta desde 1945 (en alusión a la invasión rusa de Ucrania) y cuando los servicios públicos y la economía necesitan recuperarse de la pandemia» de coronavirus.

En su discurso, Johnson elogió al líder de los conservadores escoceses, Douglas Ross, por ser el «único líder político en Escocia» que se pronuncia «alto y claro» contra los deseos del SNP.

El jefe del Gobierno británico trataba así de cerrar la brecha que se ha abierto en los últimos meses entre él y Ross, que llegó a pedir su dimisión tras el escándalo de las fiestas en Downing Street.

Johnson, rechazado en Escocia

Las últimas encuestas confirman la baja popularidad del actual primer ministro británico en Escocia. Un 80 % de la sociedad escocesa cree que está haciendo un mal trabajo, por sólo un 14 % que se muestra de acuerdo con él, según el barómetro de YouGov publicado este mes.

Ese sentir no es nuevo, aunque se vio acentuado por la agria polémica que desataron las celebraciones durante el confinamiento en la residencia oficial del primer ministro, destapadas a principios de año.

Esos eventos llevaron al jefe de los «tories» escoceses a exigir su renuncia, al considerar «insostenible» su «posición como primer ministro y líder del partido».

Desde entonces, la relación de Ross con sus colegas del Gobierno británico ha quedado enturbiada, hasta el punto de que el secretario de Estado para el Brexit, Jacob Rees-Mogg, llegó a describir al líder escocés como un político de «poca influencia» en la formación.

«No hay una buena relación» entre Ross y Johnson, dijo a Efe el doctor Alan Convery, de la Universidad de Edimburgo, especializado en conservadurismo, que destaca la importancia simbólica de las palabras de Rees-Mogg: «Es difícil imaginar que un primer ministro permitiera decir algo similar» sobre uno de los barones del partido, subraya.

Ross reconsideró su petición tras el inicio de la guerra en Ucrania. «No es el momento para exigir dimisiones», ha afirmado el líder escocés este mes, antes del congreso de primavera.

Relaciones tensas

Los conservadores escoceses están «muy decepcionados por el comportamiento del primer ministro», dijo a Efe el diputado escocés y portavoz conservador para la COVID-19, Murdo Fraser, durante el congreso.

La portavoz de Economía, Liz Smith, declaró a Efe que hay «muchas respuestas que dar» sobre el escándalo de las fiestas, aunque posterga las preguntas a lo que «desvele la investigación policial» en curso.

Fraser destaca el respaldo a su líder. «Ahora es una situación diferente, con la guerra en Ucrania», y hay que «aparcar nuestras diferencias con el primer ministro, por ahora». «Es el momento de estar unidos», recalca.

Sin embargo, dos tercios de los escoceses creen que Johnson debe dimitir, según el sondeo publicado hoy por la firma ComRes.

«Estamos en una tregua, en un alto al fuego, no es una paz», señalan algunos conservadores escoceses en los círculos de los pasillos del congreso.

Según el doctor Convery, Johnson «ya tenía una difícil relación con los Conservadores Escoceses anterior a esto». Boris representa «parte del discurso duro en el Brexit y una relación muy distante con la Unión Europea», posiciones poco favorables en el contexto escocés.

«Políticamente (Johnson) se concentra más en los diputados que ganó en el norte de Inglaterra» en las últimas elecciones, que en «cómo conseguir conectar con el electorado escocés.”, argumenta Convery.

Los «tories» escoceses están «en una encrucijada», según el politólogo. «Preferirían a otro líder» pero su condición de unionistas hace que «le apoyen tanto como pueden», para mantener los argumentos a favor de la unión, aunque Johnson se perciba como «problema a nivel político y personal». EFE (I)

Más relacionadas