Salvemos al país

Alberto Molina Flores

Guayaquil, Ecuador

En estas horas complejas y duras que atraviesa el país, es el momento de la reflexión serena y profunda. En estrategia, luego del análisis de la situación, se monta cursos de acción (escenarios) y la mejor forma es a través de un FODA (fortalezas, oportunidades, debilidades y amenazas). Uno por uno se analiza cada escenario y se determina el más probable.

En este momento, el escenario que más se vislumbra, con seguridad, es lo que se viene fraguando desde hace meses a través de la mayoría conspiradora de la Asamblea como lo ha denunciado el Presidente Guillermo Lasso. La mayoría de marras que ya está consolidada y viene funcionando desde hace rato está formada por los legisladores de UNES, ID y parte de PK. A esta mayoría no sería nada raro que se sume el PSC (de lo contrario se quedaría fuera del reparto).

Frente a esta amenaza, la Presidenta de la Asamblea trata de salvarse apelando a todo tipo de maniobras; al parecer la mayoría la tiene atrapada sin salida y su destitución, con seguridad, es “crónica de una muerte anunciada”.

Tomada la Asamblea, los conspiradores elegirán un nuevo presidente o presidenta, reorganizarán el Consejo de Administración Legislativa (CAL) y las Comisiones Legislativas Permanentes, le dejarán fuera al asambleísta Fernando Villavicencio, que constituye un obstáculo para las apetencias de dicha mayoría. 

No hay que esforzarse mucho para pensar que esa mayoría consolidada, con cualquier pretexto podría defenestrar al Presidente Guillermo Lasso (a Abdalá Bucaram la mayoría del Congreso lo declaró loco y fue defenestrado), de paso el Vicepresidente Alfredo Borrero correrá la misma suerte (recordemos el caso de Rosalía Arteaga). Luego, elegirán Presidente de la República (un Héctor Cámpora, como en Argentina) y nuevo Vicepresidente.

El Presidente elegido, con seguridad estará obligado a cumplir estrictas condiciones; la primera decisión será el indulto a Rafael Correa. El Cámpora ecuatoriano convocará de inmediato a elecciones, siguiendo la misma estrategia del dictador de Nicaragua Daniel Ortega, negando la participación de la oposición. De esa forma, Rafael Correa tendrá asegurado el triunfo y se instaurará en nuestro país la dictadura perpetua. 

De hacerse realidad el escenario descrito, con seguridad, en corto plazo, tendremos una nueva Venezuela.

Frente a ese peligro debemos vernos en el espejo de Venezuela y Nicaragua, en esos países para consolidarse en el poder, los dictadores primero cooptaron a los militares, aplicando la estrategia de los totalitarismos, es decir, a las Fuerzas Armadas las desprestigiaron, luego las debilitaron y por último las destruyeron, convirtiéndolas en el más vil instrumento de represión.

Para evitar ese escenario espantoso el presidente Lasso tiene varias opciones; la muerte cruzada como una medida  radical e inmediata. O que vuelva al espíritu ciudadano de la segunda vuelta y como en España después de la dictadura de Franco, un Pacto de la Moncloa, o como en Chile después de la dictadura de Pinochet, la Concertación de los Partidos.

Es decir que todas las fuerzas sociales, políticos, trabajadores, estudiantes, etcétera, arríen sus banderas y se unan, exigiéndole al Presidente Guillermo Lasso que haga un gobierno de unidad nacional, convocando a los mejores ciudadanos del país -hombres y mujeres- (probos, patriotas, honestos y dispuestos a sacrificarse por la patria) y ponga todo su esfuerzo en resolver los problemas más acuciantes que exige el país, especialmente las demandas de los más pobres.

De esa manera, junto a Uruguay serían los dos únicos países de Sudamérica, libres de las garras del totalitarismo.

El exvicepresidente Jorge Glas, tras su salida del Penal de Latacunga, el 10 de abril de 2022.

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