Después del trabajo que realiza el pleno de la Asamblea, la Comisión de Administración Legislativa (CAL) es la segunda más importante. Sin embargo, el trabajo de esta comisión avanza a paso lento por pugnas internas dentro del Legislativo.
El CAL no ha logrado sesionar por tres ocasiones consecutivas debido a la falta de quórum. Esto se da porque cuatro de los siete legisladores han decidido no asistir a las sesiones.
Esto ha sido denunciado por Nathalie Arias (CREO), Yeseña Guamaní de la Izquierda Democrática y Pachakutik.
Guamaní insiste en que todo se trata de una «estrategia política desestabilizadora» y que además las acciones deben tomarse ya de forma disciplinaria.
Rafael Lucero de PK indicó que su bancada insistirá en que se traten las denuncias contra los demás miembros del CAL, las mismas que no se han tratado y que todavía permanecen en la incertidumbre, durante la última reunión que ayudó a crear la comisión ad hoc que evalúa a Llori.
Por su parte, Ronny Aleaga ha calificado a las reuniones del CAL como «un juego macabro» donde se buscaría sesionar precisamente contra las agendas de otros legisladores. Incluso tachó que las decisiones dentro del CAL son «importantes, pero no urgentes».
Además, indicó que justamente se ocupan por las acciones de Llori acudiendo a diligencias y que los abogados «salen de sus propios bolsillos».
La importancia del CAL
La Comisión de Administración Legislativa (CAL) es un órgano importante ya que es como un pleno pero «reducido» donde se tratan temas importantes.
Según el artículo 10 de la Ley Orgánica de la Función Legislativa, el CAL tiene en su organismo a cuatro miembros que son de las distintas bancadas y a la cabeza está el presidente del Legislativo. Por lo que augura un equilibro grande al Parlamento.
En un inicio, el CAL comenzó a funcionar con Guadalupe Llori (Pachakutik) en la Presidencia y Virgilio Saquicela (ex BAN) en la vicepresidencia. Entre los vocales había representantes de UNES, CREO, BAN y dos de ID. El PSC no tuvo representación. Sin embargo, por las pugnas internas dentro de la Izquierda Democrática, poco a poco ciertos partidos han perdido representatividad.
Desconexión con la ciudadanía
Mientras estas pugnas crecen, la ciudadanía se va desconectando con la función Legislativa, que al ser quien aprueba o no las leyes, es un motor social que sirve para aceitar el motor de la vida del ciudadano. Estas leyes además crean las normas para que dentro de este marco se enrumbe la vida del país.
