Glasnost

Raúl Andrade Gándara

Rochester, Estados Unidos

Se cierra un capítulo más de la telenovela “ Los pillos también lloran “. El impoluto Jorge Glas regresa a prisión para cumplir la pena que le fue impuesta injustamente por apoyar con alma, vida y sombrero ”El Proyecto“ , luminoso título que justifica toda clase de abusos de poder, negocios ilícitos, manipulación de recursos y fraudes al erario público.

Glas, acompañado por sus cómplices, que no entienden aún la diferencia entre lo público y lo privado, y quieren seguir medrando de la caja fiscal a toda costa, graba un video insistiendo en su inocencia y se reafirma en su papel de víctima y de cajero de la “revolución ciudadana“ , gracias a la que desvió millones de dólares de obra pública hacia sus bolsillos y los de sus amigos.

Dueño de un guion viejo como el mundo, que consiste en negar la evidencia con la misma vehemencia del marido arrinconado en falta por su esposa, grita que no hay pruebas a pesar que estas se acumulan a diario en todos los rincones del País, plasmadas en obras mal hechas, inconclusas, inexistentes y carísimas.

Habla de una fantasmal persecución política, cuando los hechos lo señalan como un tramposo y un coimero. Recibe el apoyo del padrino mayor, escondido en Bélgica detrás de la nacionalidad de su esposa y símbolo de irresponsabilidad y cobardía frente a las demandas para que se presente a rendir cuentas por sus actos.

Uno a uno, se les caen las máscaras. Empiezan a devorarse y delatarse entre ellos, gracias a los pequeños subalternos que, muy conscientes de las pillerías de sus jefes, grababan conversaciones para protegerse del próximo escándalo y que hoy se ven forzados a salir al frente para ratificar lo que todos sabíamos.

Se usó y abusó de los fondos públicos, de los contratistas, de los funcionarios, de los ciudadanos, del País entero, para crear y conservar un hilo de poder a través de la corrupción a todo nivel y de la complicidad.

De nada sirven las declaraciones grandilocuentes para tratar de poner distancias. Todos los cabecillas están identificados como autores, cómplices y encubridores del mayor atraco de la historia republicana. A diario escuchamos nuevas revelaciones sobre el nivel de corruptelas que caracterizaron a ese periodo. Y no podemos dejar de señalarlas porque son el vivo ejemplo de la podredumbre imperante en el Ecuador.

Los coletazos sin embargo siguen cobrando víctimas, a través de la maledicencia, el oportunismo, la figuración y la envidia contra quienes han emprendido la tarea titánica de limpiar al País de estas lacras. Los intereses políticos y particulares siguen tejiendo fabulas de complicidad entre el actual gobierno y el correato, solamente para proyectarse políticamente y pescar a rio revuelto.

Aún no han entendido que el verdadero riesgo está por encima de sus ambiciones personales, y que seguir sembrando dudas solo abona a favor de unos delincuentes envalentonados por una ley insuficiente y una justicia permisiva.

En la antigua Unión Soviética, la Glásnost o transparencia significó la fin de un mito y de un imperio territorial basado en el engaño al pueblo. Días antes del colapso, el diario oficial, llamado Pravda, cuya traducción es Verdad, decía a los rusos que todo estaba bien y que la economía era sólida a pesar de los embates imperialistas.

Hoy, el Glas nuestro ha demostrado una vez más hasta donde puede llegar la capacidad de farsa de una camarilla de delincuentes que con la excusa del “Proyecto“ pretenden seguir engañando al País y que les perdonen sus consuetudinarios ataques de cleptomanía.

Hay que enterrar a estos delincuentes con la vara de la sanción y del olvido, para que no continúen haciendo noticia por su escarnio a la justicia y por sus subterfugios para evadirla. ¡Queremos descansar de esta manada de pillos y desenmascararlos para siempre! Y para hacerlo es indispensable presentar un frente unido en contra de lo que representan. Ya habrá tiempo para lucimientos y candidaturas. Hoy la consigna es todos contra el correísmo. ¡Y no podemos distraernos de esa misión!

Jorge Glas llega a la cárcel cuatro, el 21 de mayo de 2022. API

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