Miami, Estados Unidos
Recientemente, con la proclamación de Gustavo Petro, presidente electo de Colombia, un joven de ese país escribió en una página social sobre su frustración con la política y su profundo desencanto con los políticos, opinión que comparto en gran parte porque la mayoría de los problemas que sufre el hemisferio y el control que ejercen sobre los asuntos públicos los adalides de propuestas extremistas, son consecuencias del legado de corrupción e injusticia de hombres y mujeres que eligieron la gestión pública como instrumento para su beneficio personal y no para servir a la ciudadanía.
Sin embargo, no es prudente llegar a la conclusión a la que llega nuestro escritor cuando dice: “Puesto que todo el que se monta en política ya es mentiroso y corrupto de nacimiento”.
Este mismo joven afirma que ninguno de los gobernantes colombianos que ha ejercido durante su vida, ha favorecido a su familia ni a él, un craso error, nadie es autosuficiente y toda acción de gobierno incide positiva o negativamente, razonamiento que en ocasiones lleva a no votar. , o hacerlo sin la debida responsabilidad. Debe tenerse en cuenta que el cumplimiento de los deberes precede al goce de los derechos.
En mi opinión, el mandato de Petro agravará la situación de Colombia si actúa con base en su pasado y en la idea de que personifica la salvación del país, lo que implica una visión sectaria y excluyente.
Individuos que buscan proyectarse como salvadores se convierten rápidamente en destructores, ejemplos sobran, así como la complicidad histórica de personalidades que dicen defender la democracia y actúan en su contra, como ha denunciado reiteradamente el periodista Ricardo Puentes Melo.
Si Petro es un viajero del Socialismo del Siglo XXI como afirma el escritor José Antonio Albertini, descarto que sea el Real Socialismo castrista, tan brutal e ineficaz que ni los defensores de esa propuesta son capaces de aplicarlo hoy, debe han preparado la operación política que le permitiría instaurar la dictadura institucional tan cara a este proyecto y que con tanta eficiencia desarrolló Hugo Chávez, un caudillo que también prometía un cambio nacional que llevara a los venezolanos a cambiar de país, como bandera electoral en estos colombianos. elecciones referidas.
Solo recomiendo a los colombianos no confiar en que el candidato electo no tiene mayoría en el Congreso, que los gobernadores lo rechazaron, que los militares son garantía de la continuidad republicana, que tendrá que enfrentar a la prensa, que siempre le espera la peor parte, particularmente si recordamos el comentario de la futura primera dama sobre algunos reporteros. No espere mucho de los empresarios, salvo contadas excepciones, solo intentarán salvar la capital y cuando los Juan Valdés comiencen a desaparecer de los anaqueles, se irán del país porque muy pocos lucharán.
No cierres los ojos, estos señores de la guerra tienen muchos recursos y son los mejores corruptores. El día que Hugo Chávez asumió, propuso una nueva constitución original, concepto que establece un principio funcional nuevo u original, que da paso a la refundación de la República y la elección de nuevos funcionarios.
El populismo ideológico es una especie de religión y todos sus líderes se consideran elegidos, ungidos por un poder superior que los inviste de la convicción de que están haciendo el bien sin importar la crueldad de sus acciones, situación que nos lleva a recordar, el comentario de un senador romano sobre Espartaco en el libro, “La rebelión de los esclavos”, de Arthur Koestler, “Espartaco mata a todos los esclavos que buscan refugio en su República porque está convencido de que es la única forma de salvar su proyecto”.
Ansiaba estar equivocado. Espero que a Petro y su tribu les vaya bien, aunque sinceramente no lo creo. En su discurso de victoria, sin llegar al poder, dispuso liberar a los presos por diversos delitos y reintegrar a un aliado suspendido a la alcaldía de Medellín. Una muestra del autoritarismo de su mandato.
El nuevo presidente colombiano tiene más potencial que Hugo Chávez para hacer el mal y en sus expresiones se ve que es un fanático de la corrección política, por lo que uno de sus primeros objetivos será la educación con una visión reeducadora de la sociedad.
Estoy con la Senadora María Fernanda Cabal, debemos estar preparados para oponernos a lo que pueda venir en contra de nuestros valores de libertad, tanto en el país como en el exterior, porque nadie está libre de estos depredadores.