Lasso vetó parcialmente las reformas a la ley de comunicación

El presidente Guillermo Lasso ha vetado parcialmente las reformas a la ley de comunicación aprobadas por la Asamblea Nacional.

«Hoy firmé el veto parcial a la Ley de Comunicación, que se fortaleció con el aporte de periodistas, organizaciones y sociedad civil. Nunca seré partícipe de la persecución a quienes piensen distinto y siempre defenderé una comunicación libre y responsable», ha dicho Lasso.

El Secretario Jurídico de la Presidencia, Fabian Pozo, aseguró que el veto no fue total por «que es una estrategia». Además, aseguró: «se da un veto por inconstitucionalidad, que irá a la Corte Constitucional, para que estos temas no vuelvan a plantearse».

Según dijeron fuentes de Carondelet, el veto llegará a la Asamblea hoy, poco antes del mediodía ya con nuevos cambios anunciados por el Presidente y hechos en conjunto con los periodistas.

El Gobierno también precisó que este tema se ampliaría en una consulta a la Corte Constitucional en aspectos como la eliminación de la opinión como contenido comunicacional, la limitación a la prohibición de la censura previa, la propuesta de aprobación de planes de comunicación de los medios por Arcotel y la exclusión de los medios comunitarios del régimen normativo aplicable a todos los demás medios.

Antes de tomar la decisión, el Ejecutivo hizo una socialización del veto en Quito, Guayaquil y Cuenca.

También, se indicó que se enviarían las reformas (que no constan en el veto) como objeciones de inconstitucionalidad a la Corte Constitucional.

¿Por qué se da el veto del Presidente?

En los encuentros con distintos gremios periodísticos y organizaciones sociales, se comunicó el argumento del Gobierno para no vetar totalmente la propuesta de reformas. En primer lugar, las condiciones políticas en las que estará sumido el país dentro de un año son inciertas. La oposición pudiera ganar definitivamente e imponer su ley mordaza.

Más, el Secretario Leonardo Laso, y su equipo, escuchó a una mayoría en contra de ese tipo de veto. Desde los inconformes, el argumento central fue que este Gobierno debe dar un mensaje claro. Pues Lasso y su equipo «no debe está dispuesto a jugar el juego de quienes acabaron con la libertad de expresión. El ‘no’ rotundo, a través de un veto total, sería un mensaje contra la corrupción, el totalitarismo», dijeron.

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