Madrid, 1 oct (EFE).- Reaparecido Antoine Griezmann en la titularidad en el último derbi ante el Real Madrid, hace dos semanas, y reconocido por su entrenador Diego Simeone que el equipo juega mejor con él sobre el campo, nada ha cambiado aún esta temporada para el internacional francés, que regresó a la rutina de todo el tramo anterior en la visita de este domingo al Sevilla, de nuevo limitado a la última media hora por cuestiones económicas, aunque sin la dependencia de otras veces de su equipo, que ya ganaba por entonces por 0-2.
Aun ya iniciados los contactos entre la entidad madrileña y el Barcelona por alcanzar un acuerdo que rebaje los 40 millones de euros de la opción de compra, que sería obligatoria si el futbolista disputa al menos 45 minutos en el 50 por ciento de los encuentros disponible entre el pasado curso y el actual, todo sigue condicionado por este hecho cuando se atiende a la suplencia del delantero galo, que se repitió este sábado frente al Sevilla.
En el banquillo de inicio, hasta el minuto 60 no entró al terreno, en sustitución de Saúl Ñíguez, para reducir de nuevo su porcentaje. Del 81 por ciento que cumplió ese requisito la pasada campaña (en 30 de los 37 partidos) ha pasado en ésta al 11 por ciento (uno de nueve encuentros).
Entre ambas, su porcentaje de partidos disponible con al menos 45 minutos disputados se queda en un 67 por ciento, todavía 18 puntos por encima del 50 por ciento. Para rebajarlo hasta ahí de la forma más rápida posible, Griezmann debería jugar menos de un tiempo en los próximos 14 duelos.
La imposición económica ha promovido esta temporada una situación anómala deportivamente en el Atlético, que ha limitado a Diego Simeone a contar con uno de sus mejores futbolistas, sino el mejor del que dispone en la plantilla, para sólo media hora en ocho de los nueve partidos de esta campaña.
Hay una sola excepción, el derbi contra el Real Madrid de la anterior jornada, cuando jugó todo el encuentro, de principio a fin, por primera vez -y única hasta ahora- en esta temporada y cuando fue el futbolista más notable del conjunto rojiblanco, para ahondar en la contradicción permanente en lo deportivo contra lo económico que supone su suplencia, como demuestra que haya sido elegido el mejor futbolista de septiembre por su propia afición o como reveló la frase de Simeone tras la derrota por 2-0 con el Bayer Leverkusen: «Cada vez que Griezmann está dentro del campo, el equipo juega mejor».
El atacante francés también es el segundo mejor goleador del Atlético en esta temporada. Ha anotado tres tantos, uno menos que Álvaro Morata, a la espera de que se solucione el enredo que rebaja su dimensión y su trascendencia en el equipo a nada más media hora; la rutina a la que regresó frente al Sevilla en el estadio Ramón Sánchez-Pizjuán, mientras divisa cifras históricas en el club.
Sus 144 goles en 302 partidos entre todas las competiciones con el conjunto rojiblanco, entre su imponente primera etapa, con un impacto de 97 puntos en LaLiga Santander como elemento imprescindible o una incidencia en el 40 por ciento de los tantos de su equipo, y su irregular reencuentro, lo proponen como uno de los mejores goleadores de los 119 años de existencia de la institución.
A día de hoy, en concreto, es el cuarto mejor, a tan solo dos goles de los 146 de Francisco Campos, magnífico goleador del Atlético entre 1939 y 1948, campeón de las dos primeras Ligas del Atlético Aviación en 1939-40 y 1940-41 a las ordenes de Ricardo Zamora. A 23 están los 159 de Adrián Escudero. Y a 26, los 172 de Luis Aragonés, el máximo goleador de todos los tiempos. EFE (I)