Los 175 años de Siemens: una empresa en permanente evolución

Una réplica de un telégrafo de puntero de Siemens (1847) que se expone en el almacén histórico de la empresa, que celebra este año su 175 aniversario. Foto: Sven Hoppe/dpa

Hoy hace 175 años, cuatro compañías alemanas sellaron un acuerdo para poner en marcha Siemens, considerada actualmente una empresa líder en innovación y automatización industrial en Europa.

Lo que comenzó en un taller en el patio trasero para construir telégrafos de puntero, derivó en una multinacional que opera en todo el mundo en los sectores de la industria, la energía, la salud y la infraestructura.

En los últimos años, Siemens se inclinó cada vez más hacia la digitalización y el software para la industria y la infraestructura, y muchos de los productos que antes se asociaban al gigante alemán, como los teléfonos, los móviles (celulares), los refrigeradores o las turbinas de las centrales eléctricas ya no son producidas por la empresa de Múnich.

Quizás el punto de contacto directo más destacado con el consumidor medio sigue siendo el sector de la movilidad, la más pequeña de las tres divisiones principales de la empresa, que incluye trenes e infraestructura ferroviaria.

Pero también aquí, con ciudades, empresas o países enteros como clientes, las cosas son cada vez más digitales, desde el mantenimiento con inteligencia artificial (IA) hasta la conexión en red de la gestión del inventario de trenes, las reservas y la venta de billetes.

Siemens logró la mayor parte de su dinero en su división de Industrias Digitales, lejos del consumidor. Se trata de fábricas y líneas de producción y su simulación, de detectar problemas y solucionarlos antes de que se produzcan, de la supervisión y optimización de la producción y también de cuestiones relacionadas con el consumo de recursos y el gasto energético.

Las herramientas que se utilizan son la inteligencia artificial, las imágenes digitales de la realidad y las soluciones en la nube.

«Podemos conectar el mundo digital y el real como ninguna otra empresa», señala el director general de Siemens, Roland Busch. El grupo colaboró en la construcción rápida de plantas para la producción de vacunas contra el coronavirus y está desarrollando la fábrica de coches del futuro junto con Daimler.

Siemens ya fijó sus próximos objetivos: junto con el fabricante de tarjetas gráficas y el especialista en chips de inteligencia artificial Nvidia quiere desarrollar una especie de metaverso industrial y combinar sus modelos digitales con pantallas más realistas y la IA en tiempo real de Nvidia.

Esto «abrirá literalmente otra dimensión» a la digitalización. «Expertos de todo el mundo pueden trabajar juntos de manera virtual como si estuvieran en la misma sala, y así conseguir más cosas de forma mucho más rápida y sostenible», explica Busch.

Paralelamente, el grupo está construyendo un ecosistema bajo el nombre de Xcelerator, en el que se ofrecerán y conectarán no solo sus propios servicios, sino también los de otros proveedores.

Sin embargo, para algunos, el giro de la empresa alemana hacia lo digital va demasiado lejos. «Siemens nunca se convertirá en una mera empresa de software», subrayó en agosto Jürgen Kerner, el jefe del sindicato IG Metall y miembro del consejo de administración de la firma, quien instó a la empresa a invertir en la producción en Alemania.

Uno de los puntos fuertes del gigante alemán es que está representado en ambos mundos. Gracias al hardware, la empresa ya está en la sala de máquinas de la industria, ahí donde los competidores de software puro querrían entrar.

«Nuestra pretensión es reinventarnos constantemente, anticiparnos a las nuevas tecnologías y tendencias, mantenernos ágiles y no dormirnos en los laureles», señala Busch. «Queremos seguir desempeñando un papel importante a nivel mundial durante los próximos 175 años», añade.

Esta reinvención se puso de manifiesto en los últimos años no solo en las incursiones digitales y el énfasis en cuestiones como la protección del clima y la conservación de los recursos, sino también en una reestructuración radical. dpa

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