El hotel Winter Palace, centenario testigo del descubrimiento de Tutankamón

LÚXOR (EGIPTO), 02/11/2022.- La fachada del hotel Winter Palace, que se ubica en Lúxor, donde el egiptólogo Howard Carter anunció hace cien años el descubrimiento de la tumba de Tutankamón. EFE/Shady Roshdy

Lúxor (Egipto).- Testigo mudo y excepcional de la presentación al mundo del mayor descubrimiento de la historia de la egiptología, el hallazgo de la tumba intacta del faraón Tutankamón, el centenario hotel Winter Palace de Lúxor aún refleja el espíritu de la época dorada y romántica de la fascinación por el Antiguo Egipto.

El hotel, construido en 1886, se encuentra a pocos pasos del templo de Lúxor y fue diseñado como el palacio de invierno del Jedive Tawfiq, quien gobernó Egipto desde 1879 hasta 1892, para recibir a su nobleza y otros huéspedes de consideración, pero con el paso del tiempo se terminó convirtiendo en el hogar de los arqueólogos ingleses y franceses que cada vez más exploraban la región.

Ese ambiente de lujo y decadencia colonial que aún perdura en el color sepia de viejas fotografías es en el que el egiptólogo inglés Howard Carter se amparó para dar a conocer al mundo un colosal descubrimiento que se había producido el 4 de noviembre de 1922.

«Uno de los eventos más importantes del hotel fue el anuncio del descubrimiento más destacado del mundo, la tumba de Tutankamón», resume a EFE Wesam Farah, directora de Atención al Cliente del hospedaje.

VÍNCULO CON EL FARAÓN

Durante su presentación, Carter estuvo acompañado por un fotógrafo del Museo Británico de Londres y aprovechó la entrada del hotel para usarla como plataforma desde la que anunciar el hallazgo, mientras los periodistas se agolpaban frente a su fachada ubicada en la orilla del el Nilo.

Así fue como el Winter Palace quedó vinculado para siempre al «faraón niño»

Luego, «tras el descubrimiento, Carter se quedaba en el hotel frecuentemente en una habitación que tiene vista al Nilo» a pesar de que tenía una casa en el otro lado de la orilla de la ciudad de Lúxor, aclaró Farah.

El hotel era además el alojamiento permanente de Lord Carnarvon, el aristócrata inglés al que Carter convenció para que financiara su obsesión y hacer realidad su fantasía: hallar una tumba faraónica intacta.

La arquitectura inglesa victoriana del hotel revela claramente la influencia de la colonización inglesa en aquella época y sus interiores se caracterizan por sus maravillosas escalinatas y techos altos decorados de hermosos ornamentos florales.

El escenario sirvió asimismo para hospedar a personalidades de la realeza europea y de Oriente Medio y de la vida pública durante muchos años y, siguiendo con Carter, albergó las reuniones entre el arqueólogo y altos funcionarios del Gobierno egipcio de entonces relativas a sus excavaciones.

HABITACIÓN PROPIA

Desde uno de los pasillos del hotel ante una lujosa habitación, Farah recordó que el hotel conmemora la historia de Carter y del hallazgo con el nombre de una de sus suites de lujo, allí donde Carter pasaba su tiempo.

También está la suite de Carnarvon, con el nombre de su hija, Lady Evelyn, una de las primeras personas que vio el tesoro de Tutankamón.

Las dos habitaciones, que todavía mantienen su antiguo estilo con techos altos, fueron renovadas en 2006 para modernizarlas, mientras que el hotel ya sufrió un profundo y amplio proceso de restauración en el año 1991.

El hotel que se convirtió en hito del estilo de vida de la clase alta egipcia y colonizadores europeos a principios del siglo XX, se prepara ahora para las celebraciones del aniversario centenario del descubrimiento.

«El equipo de arquitectos del hotel diseñaron una maqueta de un libro grande que cuenta la historia del hallazgo junto a la historia de la construcción del hotel», explica Farah.

Además, detalló que el hotel, una propiedad del Estado egipcio de tres plantas y con 92 habitaciones, está dispuesto para recibir la temporada alta temporada de turistas que vayan a celebrar el aniversario del descubrimiento.

A día de hoy, la mayoría de los residentes del hotel siguen siendo ingleses que disfrutan del ambiente antiguo del albergue, que todavía contiene muebles reales como una alfombra regalada al establecimiento por la reina Eugenia de Montijo, la esposa española de Napoleón III de Francia.EFE

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