Algún día

Raúl Andrade Gándara

Rochester, Estados Unidos

Cuando aprendamos que la violencia no es la solución. Cuando aprendamos que la pobreza no es fingida. Cuando entendamos que hacer dinero honradamente es difícil y sacrificado. Cuando desterremos la corrupción de nuestras conductas. Cuando privilegiemos el camino recto a los atajos.

Cuando entendamos que los subsidios tienen que ser solo para los más pobres y no para todos. Cuando entendamos la política como una herramienta de servicio y no como un vehículo para ambiciones personales. Cuando el dinero sea un medio y no un fin. Cuando aprendamos a mirar lo ajeno sin odio ni resentimiento.

Cuando accedamos a la educación y a la salud sin limitaciones económicas ni raciales. Cuando el respeto sea mutuo y sincero. Cuando dejemos de decir “hermanos” para quedar bien e indígenas para “minimizar “. Cuando podamos gozar de una jubilación digna sin angustias ni subterfugios.

Cuando entendamos que la unidad está sobre los egoísmos regionales. Cuando la fuerza pública no sea maniatada por lo “políticamente correcto“. Cuando el ejército y la policía infundan respeto y no resentimiento.

Cuando hombres y mujeres tengan igualdad en todos los ámbitos. Cuando podamos salir a la calle sin temor a ser vejados. Cuando el Ecuador sea respetado por propios y extraños. Cuando el mundo nos aplauda en vez de compadecernos. Cuando la justicia sea equilibrada y no manipulada por intereses venales.

Cuando los agricultores reciban un pago justo por sus productos sin que las autoridades los boicoteen. Cuando las oportunidades laborales sean amplias y su contratación sencilla. Cuando las leyes sean equilibradas y no sesgadas. Cuando sea motivo de orgullo producir honradamente en vez de vivir del Estado. Allí será diferente.

Vivimos en un mundo desequilibrado. A los populistas les molesta que las cuentas cuadren, que las deudas se paguen, que las cosas sean claras, porque no pueden meter la mano intermediarios mañosos ni se pueden adjudicar contratos a dedo a los panas.

Si nuestra justicia es incapaz, no nos encomendemos a la de otros países. Aprendamos a hacerla respetar. Eso hay que lograrlo entre todos. Exigencia y respeto hacen la diferencia.

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