VAR político

Diego Montalvo

Quito, Ecuador

¿Realmente la gente se cansó de la política o los políticos se cansan de hacer política? Ecuador está cerca de regresar de nuevo a las urnas y el enemigo a vencer es otra vez el populismo. No sólo se trata de los distintos alcaldes y concejales sino de la Consulta Popular impulsada por el Gobierno Nacional. Aquellas preguntas que más incomodan a las izquierdas son la extradición a narcotraficantes y la eliminación de las funciones del Consejo de Participación Ciudadana y Control Social (CPCCS).

El VAR, en términos futbolísticos, es el asistente que tiene como objetivo ayudar al árbitro principal a evitar errores graves y manifiestos durante el partido, como por ejemplo un penalti claro no pitado o un gol en fuera de juego. Durante el mundial de Qatar hubo muchos cuestionamientos a esta herramienta (en la inauguración cuando la selección anfitriona se enfrentó a Ecuador y en partido España-Japón, donde en el primer caso se acusó de un falso fuera de juego y en el segundo una pelota que aparentemente ya estaba afuera lo que permitió a los japoneses ganar el encuentro 2-1).

Los expertos en el deporte dicen que el VAR está matando al fútbol, ya que usa simuladores en 3D en lugar de que se vean a los jugadores ejecutando su maniobra en tiempo real, e incluso consideraron a la FIFA con falta de ética. Así mismo, la política podría estar acabando con la política. Es decir, mientras ésta se permita seducir por el escándalo y el populismo (sobre todo de los grupos de izquierda) la gente confiaría menos en el accionar político.

Hay que ir más allá de los personajes y abrirse campo entendiendo las necesidades del Siglo XXI, tales como la innovación, la tecnología, las nuevas fuentes de energía (como el gas), la ciencia y la investigación científica y literaria.

Muchas veces, la fiscalización (que acompaña al dudoso actuar que puede tener un personaje específico) también es ese dudoso VAR. En nuestro caso se refleja en la baja aceptación que tienen entidades como la Asamblea Nacional y el poder Judicial.    

Nuestras instituciones están fuera de juego y los goles contra la corrupción son escasos. Pues, los órganos de control y regulación, parecen aún más podridos. Así, el ciudadano promedio se siente como un impotente espectador que ve cómo el mal accionar campea en nuestro país.

La honestidad versus el buen ciudadano, el populista contra el demócrata, el migrante contra el asilado político que se victimiza luego de cometer actos ilícitos.  La cancha inclinada contra los valores y facilitando el terreno de los corrompidos y tramposos.

Un árbitro que se queda parado y una Corte Constitucional que gobierna a sus anchas. El sitio luce lleno de huecos de herencia correísta que los jugadores honrados deben esquivar. Pero en la portería contraria, un obeso sistema impide que entren las pelotas enemigas de la fiscalización y la verdad. El Gobierno trata de controlar la situación, mientras las barras bravas de la izquierda, que creen que todavía gobiernan, gritan y lanzan insultos para llamar la atención.

No les interesa que el lugar se ponga del lado de la legalidad y la transparencia. Las reglas del juego parecen no estar dadas todavía pero poco a poco el panorama se aclara mientras, desde las tribunas, las buenas personas piden justicia, cero impunidades y un mejor país.

Quito, 12 de septiembre de 2022. El ministro de Gobierno, Francisco Jiménez junto a los Ministros Patricio Carrillo y Luis Lara acuden a la Corte Constitucional a entregan documentación referente a la Consulta Popular propuesta por el Gobierno de Guillermo Lasso. API/JUAN RUIZ CONDOR

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