Problemática del maltrato infantil requiere atención inmediata

María de Lourdes Maldonado

Quito, Ecuador

Según cifras de la Organización Mundial de la Salud, 3 de cada 4 niños de entre 2 y 4 años sufren castigos corporales o violencia psicológica por parte de sus padres o cuidadores. El número de niños y jóvenes víctimas de maltrato infantil en el Ecuador es realmente alarmante, y el impacto que están generando es evidente por las altas olas de violencia que están acechando a nuestra sociedad. Necesita atención inmediata.

Cualquier forma de abandono, desatención, abuso (sexual, físico o emocional) o explotación que afecte a un niño menor de 18, atenta contra su dignidad, pone en peligro su salud y supervivencia, y afecta su desarrollo integral. Es por eso necesario voltear nuestra vista hacia esta problemática y trabajar, desde distintos sectores, en la búsqueda de soluciones eficaces y oportunas contra el maltrato infantil.

Hace pocos días fuimos testigos de cómo una madre zarandeaba a su hijo de una manera absolutamente cruel en la ciudad de Ambato. Las reacciones frente a situaciones como estas son diversas. Nos podemos encontrar con  insensibilidad o apatía, rechazo, y desgraciadamente incluso con una tendencia de aceptación sociocultural. Con lo cual, resulta improrrogable abordar esta problemática a todo nivel, identificar las principales causas y desarrollar mecanismos de protección para nuestros niños.

Otro grave problema es que la gran mayoría de estos casos quedan ocultos. En consecuencia, son pocas las víctimas que reciben ayuda. Además, en la mayoría de los casos, no se trata de situaciones aisladas, por el contrario, afectan a todo el círculo familiar. En este sentido, es fundamental también trabajar en la educación y en el apoyo a los padres en la crianza de sus hijos, así como fortalecer los canales a través de los cuales las víctimas puedan recibir ayuda. 

No es suficiente con reforzar la ley para que estas conductas sean fuertemente sancionadas. Estamos frente a una vulneración grave del deber de protección de los niños que tiene el Estado, la sociedad y la familia. Es necesario actuar tanto en la prevención como en la erradicación. 

No cabe duda de que, una víctima de maltrato infantil será un futuro eventual agresor. Los seres humanos somos la consecuencia de nuestras experiencias y un ambiente hostil no es la mejor escuela de vida.  En situaciones como estas, lo usual es que el círculo de violencia no termine. Toda lucha contra la violencia comienza con un trabajo eficaz enfocado en prevenir el maltrato infantil a todo nivel.

En definitiva, este es un llamado a todos los actores sociales para dirigir nuestros esfuerzos para atender de una manera ágil y oportuna esta problemática.  Que, en cada comunidad, por pequeña que sea, se refuercen todos los sistemas para impedir la falta de sensibilidad, se promuevan espacios de atención para nuestros niños víctimas de violencia y se trabaje en la generación de propuestas que impidan que los malos tratos se repitan y se corten de raíz, todos los casos de violencia intrafamiliar.

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