La constitución de plastilina

Alberto Molina Flores

Guayaquil, Ecuador

El sábado 4 de marzo fue convocado el plenario (felizmente no había fútbol). Era para escuchar y aprobar un bodrio, no vinculante (Informe de la corriente más radical de la conspiración, liderada por una admiradora de la dictadura de los ayatolas de Irán) que han buscado y siguen buscando las causales para que calce en el juicio político que pretenden destituir al presidente de la República, proceso que requerirá de un dictamen de admisibilidad de la Corte Constitucional.

“Va porque va” el juicio político han señalado los “enloquecidos por el poder”. Sobre los firmantes del comunicado “va porque va”, se ha referido el expresidente de la Corte Constitucional, Hernán Salgado, como “analfabetos constitucionales”.

No podía faltar, el escueto comunicado lo encabeza el más interesado en la defenestración del presidente constitucional Guillermo Lasso, el inefable Virgilio Saquicela, que no oculta las pretensiones de chantarse la banda presidencial al estilo de Fabiolo. Para los conspiradores a sueldo de la Asamblea Nacional, la Constitución está hecha de plastilina.

Los políticos de cualquier pelambre, prestidigitadores del engaño, tienen respuesta para todo, viene a mi memoria una anécdota del expresidente Boliviano, Jaime Paz Zamora (1989-1993); cuando él era candidato a la presidencia de la República, al referirse a un posible apoyo de uno de sus rivales irreconciliables, el General Hugo Bánzer, tajantemente dijo: “un río de sangre nos separa”, en la contienda electoral quedó tercero.

De acuerdo a la Constitución boliviana de aquel entonces, el balotage lo dirimía el Congreso entre los tres candidatos más votados, Paz Zamora quedó tercero, con los votos de Banzer fue elegido presidente; los periodistas le preguntaron: “¿en dónde quedó el río de sangre que los separaba con Banzer?”, Paz Zamora contestó de inmediato, sin inmutarse: “hemos tendido puentes democráticos, por el bien de los bolivianos”.

Es conocida y de viejo cuño, la pretensión de defenestrar al gobierno del presidente Guillermo Lasso desde el inicio de su mandato, el 24 de mayo de 2021, obviamente, violando el orden constituido por parte de los conspiradores a sueldo, empujados dentro del país por extremistas, anarquistas profesionales de la violencia y el caos y, fuera del país, por el prófugo de la justicia y sus aliados.

Estas groseras pretensiones, han sido rechazadas internacionalmente, se ha publicado un manifiesto firmado por una veintena de expresidentes de América, de organizaciones democráticas de varios países; igualmente, dentro del país se han pronunciado respetables voces de dirigentes políticos, de organizaciones sociales y gremiales y de ciudadanos (que son la mayoría) que anhelan vivir en democracia donde impere la justicia, la seguridad, el desarrollo pleno y la paz social.

Ahora más que nunca está presente el pensamiento del filósofo alemán Immanuel Kant (1724-1804): “Cuando las leyes son claras y precisas, la función del juez no consiste más que en comprobar un hecho”.

Quito, 4 de marzo del 2023. Los asambleístas Luis Almeida, Viviana Veloz y el presidente Virgilio Saquicela, en la sesión 851 del Pleno de la asamblea donde se apraobó el informe de la comisión ocasional por la verdad en el Caso Encuentro, El Gran Padrino API / DANIEL MOLINEROS

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