Elecciones anticipadas

Alberto Molina Flores

Guayaquil, Ecuador

La decisión sorpresiva, pero oportuna, del presidente Guillermo Lasso, de mandar a su casa a la peor Asamblea de la historia del Ecuador que tenía el 96% de rechazo de la ciudadanía, fue a través de la llamada muerte cruzada.

Los asambleístas, de un parlamento extremadamente mediocre, salvo honrosísimas excepciones, dirigida por el inefable Virgilio Saquicela, un tránsfuga de la política, habían hecho suficientes «méritos» para que la inmensa mayoría de ecuatorianos recibamos la noticia de la disolución con alivio, beneplácito y satisfacción (no hubo ni un solo reclamo ni una sola protesta).

Los proyectos de leyes necesarias y urgentes que requiere el país, habían quedado en segundo plano y en el olvido, porque los asambleístas, especialmente los de la mayoría, se habían dedicado a conspirar irresponsablemente y a tiempo completo desde el inicio de su gestión.

No les importaba que el país sufriera las consecuencias de su ineptitud e irresponsabilidad, pese a ganar cerca de cinco mil dólares -para algunos asambleístas- eso les parecía poco, más viáticos, bono de domicilio, pasajes, viajes, asesores, etcétera.

Al no tener vergüenza, ni pudor, una gran mayoría de esos ganapanes quieren volver a ser candidatos y volver por más; es decir, tendremos la misma jeringa con el mismo bitoque.

Como parte de nuestra desinstitucionalización endémica, hay partidos y movimientos políticos sin candidatos y candidatos sin partidos. Eso no importa, ni es impedimento para ser candidato, simplemente pueden escoger entre las organizaciones políticas de membrete que están a la venta o de alquiler, con anuencia del Consejo Nacional Electoral.

Los ecuatorianos debemos identificar a esos políticos camaleónicos amorales, que mimetizados, sin escrúpulos, peor vergüenza, quieren seguir usufructuando de las delicias del poder; sin duda que aparecerán como salvadores de la patria, como hábiles seductores demandarán de los votos ciudadanos, pero una vez identificados, a estos timadores, debemos castigarlos negándoles nuestro respaldo.

Responsable y patrióticamente los ecuatorianos de bien, que somos la mayoría, debemos votar por los candidatos, hombres y mujeres honestos y patriotas, que sean dignos de nuestra confianza, que nos representen con decoro y que vayan a trabajar en función de país. Lo más importante es evitar el autoritarismo como una acción esencial que debe unir a todos los que creemos en la democracia.

Con nuestro voto digamos a la democracia, a la seguridad, al desarrollo, al trabajo digno y a la paz. Digamos no al autoritarismo, a la violencia, al crimen organizado, a la corrupción, a la revancha y al odio; solo así no volverán nunca más y seguirán siendo prófugos de la justicia.  

Quito, 9 de mayo 2022. Asamblea Nacional. La asambleísta Viviana Veloz y el presidente de la Asamblea Nacional, durante la sesión 868 del pleno por el juicio político a Guillermo Lasso. API / DANIEL MOLINEROS

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