Japón defiende plan de vertir agua de Fukushima en el Pacífico

En esta foto suministrada por la Autoridad Reguladora Nuclear de Japón, comisionados de la agencia inspeccionan tanques usados para contener agua radiactiva en la planta nuclear averiada de Fukushima en el norte de Japón el 23 de agosto del 2013. Dos años y medio después del desastre, los expertos temen que se agrave lo que se perfila rápidamente como una nueva crisis en Fukushima: la incapacidad para contener vastas cantidades de agua radiactiva (AP Foto/Nuclear Regulation Authority)

El ministro de Relaciones Exteriores de Japón, Yoshimasa Hayashi, pidió este viernes al jefe de la diplomacia de China, Wang Yi, abordar «desde un punto de vista científico» el plan japonés para el vertido al océano Pacífico del agua tratada de la accidentada central nuclear de Fukushima.

Hayashi y Wang se reunieron durante poco más de una hora en Yakarta en los márgenes de la reunión de ministros de Exteriores de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN), apunta el ministerio nipón en un comunicado.

El plan de Tokio, que previsiblemente comenzará este verano, pasa por descargar en el Pacífico a lo largo de varias décadas en torno a 1,32 millones de toneladas de agua contaminada de la central, tras ser procesada para retirarle la mayoría de los isótopos radiactivos (salvo el tritio) y mezclada con agua marina.

Tokio sostiene que este agua -aquella que se usa para enfriar los reactores dañados y la que se cuela en los mismos a través del subsuelo y debe después almacenarse en miles de tanques- tendrá una concentración de tritio muy por debajo del tope legal establecido para el agua potable.

El Gobierno nipón y la operadora de la central, tres de cuyos reactores sufrieron fusiones parciales a causa del tsunami de 2011, barajaron distintas opciones para deshacerse del agua y, con la aprobación del OIEA, consideraron hace una década que el vertido era el más viable.

El Gobierno japonés y Tokyo Electric Power (TEPCO), propietaria de la damnificada central atómica, tomaron esta decisión ante la incapacidad de seguir almacenando el agua en tanques instalados en terrenos de la central, por la falta de espacio físico.

Sin embargo, el plan de Japón ha generado intranquilidad en países vecinos como Corea del Sur o China, que la semana pasada pidió detener el plan al Gobierno de Tokio.

Además de este tema, los diplomáticos trataron las tensiones entre ambas naciones en el mar de China Oriental, incluida la situación en las disputadas Islas Senkaku, y la «intensificación de las actividades militares de China» cerca de Japón, incluida la «cooperación» con Rusia.

Hayashi también remarcó «la importancia de la paz y la estabilidad en el estrecho de Taiwán». EFE (I)

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