Control electoral y conteo rápido

Gonzalo Ruiz Álvarez. Quito, Ecuador.

Gonzalo Ruiz Álvarez

Quito, Ecuador

En medio de la tragedia de la violencia, con motines carcelarios y asesinatos a dirigentes políticos, que la sociedad libre y democrática rechaza con profunda preocupación, asistimos a una sui géneris campaña electoral de elecciones extraordinarias en cuyo respeto irrestricto a la voluntad popular se pone en juego el futuro del país.

La primera vuelta electoral del 20 de agosto y el balotaje de octubre demandan, por sobre todas las cosas, que la voluntad popular expresada en las urnas se respete.

Para que esa premisa prevalezca el control electoral es indispensable. Como un soporte fundamental están el conteo rápido de los votos y las encuestas a boca de urna.

La historia nos da lecciones. Cuando un líder político de importancia dijo que no se podía perder con unos papelitos (votos) lo que se había ganado por las armas, la premisa de que el fin justificaba los medios por encima de la pureza del sufragio se ponía en severo riesgo.

Fueron referidos por episodios conocidos los telegramas que pedían a algún gobierno de turno que informe sobre cuántos votos se requerían, para enviarlos a la capital tal o cual provincia, …

Años más tarde José María Velasco Ibarra, cinco veces presidente, bregó por que el fraude electoral no se imponga.

Con el Plan de Retorno para volver a los gobiernos civiles, el conteo de votos entre la primera y segunda vuelta, ambas ganadas por Jaime Roldós, tuvo una dilatoria absurda. La primera vuelta fue en julio de 1978 y la segunda en abril de 1979 y de no ser por la preocupación manifestada por la prensa y la voluntad democrática de Sixto Durán Ballén, quien hizo caso omiso a los ‘comedidos’ que le pedían que se retire, la voluntad popular que llevó al Palacio de Carondelet a Roldós se hubiese esfumado.

En esta larga andadura las denuncias de fraude prosperaron. Cuando Rodrigo Borja ganó la primera vuelta en 1984 los escándalos de supuesto fraude no se hicieron esperar. A la postre una comisión parlamentaria presidida por el legislador socialcristiano Vicente Burneo determinó que hubo serias irregularidades, pero no fraude.

Cuando Jamil Mahuad ganó las elecciones el otro candidato finalista, Álvaro Noboa, denunció fraude electoral.

Y para citar lo ocurrido en tiempos más recientes, Rafael Correa habló de fraude en 2006 cuando Álvaro Noboa ganó la primera vuelta. Guillermo Lasso acusó de fraude para beneficiar a la candidatura de Lenin Moreno en 2017 y Yaku Pérez dijo que Guillermo Lasso entró al balotaje por fraude en 2021.

Las lecciones aprendidas ilustran que el control de los partidos, movimientos y candidaturas en cada una de las 40.714 Juntas Receptoras del Voto es indispensable.

En el Taller Paso a Paso del Control Electoral, el Consejo Nacional Electoral, CNE, informó que en las elecciones de 2017 Alianza País tuvo 40.008 delegados, Creo – Suma, 38.917. En 2021, a la Unión por la Esperanza colocó 37.737 delegados mientras que la Alianza CREO – PSC tuvo 36.917.

En verdad es una montaña de gente y parecería que conseguir cerca de 40.000 adherentes que estén dispuestos a hacer este trabajo vital para el control electoral no es tarea fácil. Además, solamente en logística el costo del control es alto (se habla de millones de dólares) y se requiere de fuerzas organizadas. Todos los delegados deben ser debidamente acreditados.

La compleja hora cívica que atraviesa el país, y ante las recurrentes denuncias de fraude del pasado imponen un conteo rápido. El CNE discutió una propuesta de su vicepresidente Enrique Pita, pero no prosperó.

Es menester que una institución seria y con experiencia como la corporación privada Participación Ciudadana que dirige con acierto Ruth Hidalgo, proponga al país un conteo rápido. El concurso de ecuatorianos patriotas y transparentes se impone en esta hora.

Adicionalmente la posibilidad de encuestas a boca de urna de empresas con experiencia y prestigio pueden llenar las horas de vacío de información entre el cierre de las urnas y el recuento oficial (ojalá, sin apagones informáticos). Son aspectos clave en un momento en que las grandes tribulaciones de la patria requieren certezas y acciones transparentes que respeten a la voluntad del sufragio y garanticen la más completa información que una sociedad libre merece.

Estudios de Ecuavisa el 29 de abril de 1979. Roberto Aspiazu, Alfonso Espinosa de los Monteros, Jaime Roldós, Martha Bucaram y Gloria de Carbo, en el panel cuando ya se ha anunciado la virtual victoria de Roldós en las elecciones presidenciales de ese año.

Más relacionadas