Intentaron silenciar a un patriota

Alberto Molina Flores

Guayaquil, Ecuador

Cobardemente asesinaron a Fernando Villavicencio. Hay fundados indicios que existen varios cómplices: el crimen organizado, los que manejan la narcopolítica y los enloquecidos por el poder que quieren volver para quedarse eternamente.

No contentos con el vil asesinato, impugnaron la candidatura de su reemplazo, Christian Zurita.

La presidenta del partido de Correa (RC-5) presentó una impugnación basándose en una falsa inscripción partidista de Christian Zurita para evitar su candidatura. La ficha de la supuesta afiliación de Zurita fue anulada por el Consejo Nacional Electoral, aquí cabe una pregunta, ¿Quién le entregó dicha ficha a la presidenta del partido correísta o simplemente fue forjada?

A Fernando Villavicencio trataron de silenciarlo antes del cobarde magnicidio cuando ejercía la presidencia de la Comisión de Fiscalización de la Asamblea, porque en forma valerosa y hasta temeraria denunció los atracos de los 10 años de correísmo y a las mafias del narcotráfico que tienen paralizado al país sumido en el terror, miedo y espanto.

Villavicencio jamás se amilanó frente a las constantes amenazas que recibía, nunca lograron silenciarlo, al contrario, esas amenazas sirvieron para agigantarlo. Su imagen como líder del pueblo, no morirá jamás, su ejemplo y su nombre quedan grabados en nuestra historia con letras indelebles.

No solo intentaron silenciar la voz del auténtico pueblo con la muerte de su líder, se inventaron grosera y falsamente una torpe impugnación para evitar que la candidatura de Zurita en reemplazo de Villavicencio sea aprobada.

Con estas infames triquiñuelas quedaron al desnudo sus protervas intenciones.

Frente a las maniobras de retardar o anular la candidatura de Christian Zurita, vale recordar un caso similar al ocurrido el miércoles 9 de agosto de este año y sacar conclusiones; el sábado 04 de febrero de 2023, vísperas de las elecciones seccionales, aproximadamente a las 21:00 horas, se registró un ataque al estilo sicariato que cobró la vida del candidato a la alcaldía de Puerto López, por el movimiento político Revolución Ciudadana (RC-5) Omar Menéndez.

En la madrugada del domingo 5 de febrero, día de las elecciones, el movimiento político Revolución Ciudadana (RC-5), designó a Verónica Lucas Marcillo como reemplazo del candidato asesinado. La información de la postulante había sido enviada a la Junta Provincial Electoral de Manabí horas antes de los comicios seccionales, a fin de que se iniciaran los procedimientos de calificación, de acuerdo al artículo 112 del código de la Democracia:

«Si un candidato o una candidata a la elección popular fallece o se encuentra en situación de inhabilidad física,mental o legal comprobada antes de las respectivas elecciones, la organización política o alianza que auspicie esa candidatura podrá reemplazar con otro candidato de la misma organización política o alianza».

Omar Menéndez, candidato asesinado, que constaba en la papeleta de votación, ganó las elecciones.  El Consejo Nacional Electoral aprobó una semana después de las elecciones la aceptación para que Verónica Lucas reemplace al candidato asesinado Omar Menéndez y por ende se la reconozca como alcaldesa de Puerto López.

Este ejemplo nos permite comparar lo sucedido con el candidato que reemplazó a Fernando Villavicencio, es decir se aplica un doble rasero cuando conviene a extraños intereses. Fueron los mismos miembros del actual Consejo Nacional Electoral que validaron el reemplazo del candidato asesinado y reconocieron el endoso de los votos y a la semana de las elecciones le proclamaron alcaldesa a Verónica Lucas.

El asambleísta Fernando Villavicencio renuncia a la presidencia de la Comisión de Fiscalización de la Asamblea Nacional y lo hace por falta de apoyo de quienes lo llevaron a ese cargo. Hamilton López/ API

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