La elección de los herederos

Raúl Andrade Gándara

Rochester, Estados Unidos

A medida que se aclaran los resultados de la jornada electoral, me alejo del trafago y me aproximo a la reflexión.

La obsesión a favor o en contra de determinadas candidaturas en las redes sociales deja un inmenso espacio para el análisis y grandes lecciones por aprender.

Cada grupo maneja su guerra particular y se considera vencedor sin que exista argumento para disuadirlo.

El grito de fraude se perpetúa pero la realidad dice otra cosa.

Algunas lecciones que aprender :

1. Las redes sociales y los twitteros no logran más votos por más que inunden las redes con sus argumentos. Más bien llegan a hartar al observador.

Hay un mundo que vota más allá de sus chats, sus opiniones y sus intereses.

2. El correísmo sigue siendo una opción sólida para una minoría unida y ciega ante la corrupción de su líder. Por suerte es minoría dentro del contexto nacional.

3. El público se inclinó por el menos cuestionado y más eficaz en su acercamiento. Las peleas entre candidatos no son tan atractivas para los votantes frente a ofertas concretas.

4. La estrella del PSC se apaga consistentemente.

5. El voto-pésame por la muerte de Fernando Villavicencio fue importante pero no suficiente para llegar a la segunda vuelta.

6- Topić logra un cuarto lugar gracias a una campaña monotemática y la propaganda gratis sobre la inseguridad que ha caracterizado a los medios tradicionales.

7. Otto decepciona y pierde protagonismo. Demasiado equilibrado para un público sanguíneo y emocional. Además, su pasado morenista obra en contra de sus aspiraciones.

8. El pueblo ecuatoriano sigue apostando al redentor dadivoso, sin mayor análisis ni reflexión.

9. Las denuncias de corrupción no impactan en el gran público. Hay una total ignorancia de cómo funcionan los recursos del Estado y a quien pertenecen en última instancia.

10- Qué difícil hablar de objetividad en un medio en que una gran mayoría defiende intereses de grupo, profesión, etc. y muy pocos enarbolan la bandera de los intereses nacionales.

En esta elección se perdió toda la decencia y se cayeron muchos disfraces de «objetividad» entre los “analistas“ y los encuestadores.

Se requiere por lo tanto un análisis mucho más cercano al pueblo que a las élites, para entender las necesidades que existen, quienes las entienden y quienes se quedan a medio camino. El continuo martillar sobre la inseguridad recibió mucha menos votación que el clientelismo populista, sin que importe su ideología.

Los políticos de chaleco y sentencias admonitorias fueron superados por la demagogia dadivosa. Por lo demás, me divierte escuchar a los analistas tratando de explicar porqué no le tomaron en cuenta a Noboa si ese es en última instancia su trabajo. Los candidatos actuales son herederos de sus mentores. González de Correa, Noboa de Alvarito, Zurita de Villavicencio y Topić de Nebot.

Nuevos rostros para una vieja historia.

Álvaro Noboa junto a su hijo Daniel Noboa en foto publicada en sus redes sociales.

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