Juicio político al fiscal de Texas, que se declara no culpable de soborno pero deja al aire su infidelidad

El juicio político contra el fiscal general de Texas (EE.UU.), Ken Paxton, por soborno y abuso de confianza pública comenzó este martes en la legislatura estatal, donde el aliado cercano del expresidente Donald Trump (2017-2021) se declaró no culpable.

Paxton, suspendido de forma provisional desde el pasado mayo, está acusado de soborno, abuso de la confianza pública e incapacidad para desempeñar el cargo, entre otros cargos presentados por la legislatura estatal, de mayoría republicana.

«Este es un evento muy importante que será recordado en los libros de Historia», señaló el vicegobernador de Texas, Dan Patrick, al dar inicio a la sesión.

Durante la audiencia, que congregó en el Capitolio estatal tanto a los legisladores como a decenas de manifestantes en apoyo a Paxton, sus abogados tildaron de «ofensivas» y «completamente falsas» las denuncias.

El proceso, que durará varios días, incluirá las declaraciones de testigos a favor y en contra de Paxton y concluirá con una votación que decidirá si permanece o no en el cargo.

En la mayoría (43) de estados de EE.UU. el puesto de fiscal general de un estado se somete a una votación popular y el ganador es elegido por un periodo de cuatro años.

Paxton ha estado bajo investigación del FBI durante varios años por presuntamente usar su oficina para ayudar a un donante y ya se ha convocado a un gran jurado para que decida si se presentarán cargos en su contra, según informó el periódico local Austin American Statesman.

La acusación contra Paxton tiene un ángulo personal. Entre los favores supuestamente recibidos por el fiscal está que Paul empleó a Laura Olson, una mujer con la que el fiscal tuvo una relación extramarital. Los administradores del impeachment afirman que el abogado cometió varias irregularidades en su esfuerzo por mantener la infidelidad en secreto con la esperanza de no dañar su trayectoria política, cimentada en una base votante de cristianos ultraconservadores.

Elegido en noviembre pasado para su tercer mandato en la Fiscalía de Texas, ha sido uno de los combatientes legales más destacados del Partido Republicano y en 2020 fue uno de quienes pidieron a la Corte Suprema de Estados Unidos revocar la victoria de Joe Biden en las elecciones de 2020 frente a Trump.

Solo dos funcionarios en los casi 200 años de historia de Texas han sido llevados a juicio político: un gobernador en 1917 y un juez de distrito en 1976. EFE

Más relacionadas