
José C. fue sentenciad a una pena privativa de 13 años y cuatro meses de cárcel por abuso sexual perpetrado contra una niña de 10 años, el 3 de febrero de este año.
La fiscal de la Unidad de Violencia de Género No. 2 de Tumbaco, al oriente de Quito, dijo que las pruebas determinaron que, en esa fecha, el procesado ultrajó a la niña tocándole su partes privadas.
Según el testimonio anticipado de la víctima –reproducido en la audiencia de juicio–, el día en que ocurrieron los hechos, la niña acudió a la casa del procesado para una sesión de catecismo.
Aprovechando que se encontraban solos, -informó Fiscalía- José C. perpetró el abuso sexual. Según ella, esta no era la primera vez que el procesado la agredió. Incluso, sostuvo ella, él le compró una licra y le pidió que se la ponga cada vez que vaya al catecismo.
La madre y los hermanos de la menor se enteraron de lo que estaba ocurriendo. La Fiscalía también los llamó para testificar en el juicio, revelando datos concordantes a lo manifestado por la víctima.
Ecuavisa informa que como parte de su prueba, la fiscal del caso también llamó al oficial que atrapó a José C. cuando sucedió el crimen. De igual forma, presentó la pericia psicológica y de entorno social de la niña.
El Tribuna Penal valoró lo expuesto por las partes, otorgándole la razón probatoria a la Fiscalía. Solicitó considerar la agravante del artículo 48, numeral 9 establecida en el Código Orgánico Integral Penal (COIP), o sea, “conocer a la víctima con anterioridad a la comisión de la infracción”.
El pedido también fue acogido por los jueces y la condena aumentó en un tercio del máximo de la pena que establece el COIP para el delito de abuso sexual que, en este caso, es de siete a diez años, por haberse cometido el crimen contra una menor de 14 años.