Guayaquil, Ecuador
Cuando el presidente electo Daniel Noboa dijo en Washington, el lunes de la semana pasada, que sus proyectos de ley contarían con la aprobación de entre ochenta y noventa votos, nos estaba diciendo sin decirnos, que había llegado ya al acuerdo que la mañana de este lunes han anunciado las asambleístas Pierina Correa y Valentina Centeno: una mayoría legislativa fruto de un acuerdo entre el gobierno de Daniel Noboa con el expresidente Rafael Correa y el líder del Partido Sociacristiano, Jaime Nebot Saadi.
Ahí están los votos: 51 del correísmo, entre 14 y 18 del PSC, más 14 de ADN (el partido de Noboa), unos 85, a los que pueden sumarse algunos independientes.
La alianza (una especie de Pacto Mordoré, como se llamó al acuerdo que en 1968, durante el último velasquismo, llevó a la colaboración al Partido Liberal y al cefepismo con su contrario ideológico, el presidente José María Velasco Ibarra, que acababa de ganarles las elecciones) se veía clara a los pocos días de la segunda vuelta en la que Noboa derrotó a la candidata de Correa, Luisa González. Y empezó a evidenciarse con el ningún acercamiento de nadie del equipo de Noboa con las demás fuerzas parlamentarias.
Ni Construye, el partido por el que había corrido el líder del anticorreísmo, Fernando Villavicencio, ni tampoco el grupo de legisladores que llegaron en las listas del exvicepresidente Otto Sonnenholzner, fueron ni siquiera abordados.
El acuerdo parece haberse cerrado rápido y coincidido con el viaje relámpago a Europa del presidente electo Daniel Noboa. Lo que se sabe es que el viernes 3 de noviembre, la asambleísta Pierina Correa confirmó a la cadena colombiana NTN24, que estaban negociando con el nuevo gobierno.
El mismo viernes 3 de noviembre, en X, el expresidente Rafael Correa le precisó al asambleísta socialcristiano Henry Kronfle que, en las negociaciones que habían tenido, ellos sí habían planteado el juicio político contra la Fiscal General del Estado, Diana Salazar. Algo que previamente Kronfle había negado, también en X, el día anterior.
Entre la Fiscal General y la reforma tributaria
El domingo 5 de noviembre, Kronfle aceptó tácitamente que la destitución de la Fiscal había sido planteada, pero precisó que ellos no la habían aceptado.
El lunes 6 de noviembre, ya en Washington, Noboa respaldó a la Fiscal. «Alguna organización política intentó hacer un juicio político a nuestra Fiscal General. Necesitamos proteger a individuos como ella que están trabajando duro en contra de organizaciones criminales que operan en el país. Cualquier negociación debe estar estrictamente legislada», le dijo el presidente electo al sitio aragentino Infobae, aunque sin negar el acuerdo parlamentario.
Y el acuerdo finalmente ha sido anunciado este lunes 13, aunque todavía no está claro el orden del producto. Kronfle va a la Presidencia de la Asamblea, en eso no hay discusión. Pero Pierina Correa ha dicho que siendo ellos la mayor fueza política, aspiran a la primera vicepresidencia. No ha dicho para quién, aunque en corrillos políticos se menciona a Viviana Veloz, la reelegida asambleísta por Santo Domingo que protagonizó el juicio político contra el presidente Guillermo Lasso.
No está definido aún quién ocupará la segunda vicepresidencia de la Asamblea. La jefa del bloque oficialista ha declarado de manera informal que ella será la primera vicepresidenta de la Asamblea, pero las primeras declaraciones oficiales de Pierina Correa la contradicen.
Para colmo, si Viviana Veloz es elegida primera vicepresidenta de la Asamblea, habría un problema de género para que Valentina Centeno sea la segunda, puesto que se requiere que sea hombre, para que haya la alternabilidad hombre-mujer-hombre. Pudiera ser reemplazada por Jonathan Parra, un influencer de Instagram que empezó haciendo carrera en el correísmo y ahora integra la bancada noboísta.
Bajar impuestos en lugar de subirlos
En todo caso, la lucha por la segunda vicepresidencia de la Asamblea Nacional es algo menor para el gobierno de Daniel Noboa. El punto más importante es la reforma tributaria que será enviada como un proyecto económico urgente probablemente a continuación del decreto de asunción del mando.
La urgencia radica en que si no es aprobada en diciembre, las reformas no pudieran entrar en vigencia en 2024, sino recién en enero de 2025, esto es, pocos meses antes de que termine el gobierno. Hasta el momento, nadie conoce con exactitud en qué consiste dicho proyecto, ni al equipo que lo ha elaborado, pero el presidente electo ha precisado que no subirá impuestos sino que los bajará.
Bajar impuestos cuando el mayor problema que enfrenta es un déficit que los analistas económicos sitúan en US$5.000 millones, y cuando el propio presidente electo ha estimado en alrededor de otros US$400 millones los que se dejen de percibir por el abandono de la explotación en el ITT (una cifra que los analistas estiman en alrededor de US$1.200 millones) parecería un contrasentido que desafía la lógica.
Pero la asambleísta Valentina Centeno ha reiterado esta mañana, en el anuncio del pacto con el PSC y el correísmo, que la reforma tributaria se concentrará en otorgar reducciones en el impuesto a la renta a las empresas, nacionales o extranjeras que demuestren la contratación de nuevos empleos; además de la reducción del impuesto al valor agregado en la venta de materiales de construcción.
Equipo político
No hay información tampoco de quiénes integran el equipo político de Noboa. Y cuando resulta que ninguno de los protagonistas políticos puede señalar quiénes lo integran, uno empieza a sospechar que simplemente no existe. El equipo político es, básicamente, el propio presidente electo. En todo caso, la persona con experiencia más cercana a él, durante la campaña electoral, ha sido su madre: Anabella Azín, dos veces congresista, candidata a la vicepresidencia de la República, y compañera de Álvaro Noboa, un hombre que fue seis veces candidato a la Presidencia de la República.
Fuera de su madre, no hay una persona con experiencia política en el entorno. Estuvo, brevemente, el exvicepresidente Alberto Dahik, probablemente uno de los políticos con mayor sostén académico y una gran experiencia vital, quien, aunque no participó en la campaña electoral, lo acompañó al Palacio de Carondelet para encontrarse con el presidente Guillermo Lasso al inicio del proceso de transición.
Dahik habría sido recomendado por la tía más cercana del presidente electo, la empresaria Isabel Noboa Pontón, que tiene gran ascendencia en su sobrino, pero el vicepresidente no forma ya del entorno, aunque no se conocen las causas.
Está también su abogada en asuntos personales, Mónica Palencia, una catedrática universitaria, con gran experiencia jurídica, viuda del exalcalde de Guayaquil Francisco Huerta Montalvo, que acompañó también a Noboa a la reunión con Lasso, y que se proyectaba (se proyecta aún) como probable ministra de Gobierno, pero cuya nacionalidad mexicana le impide, por el momento, ser nombrada ministra de Estado, porque la ley establece como requisito el ser ecuatoriano por nacimiento o naturalización.
Así, el entorno político de mayor experiencia se reduce a la jefa del bloque legislativo, Valentina Centeno, una exfuncionaria del ministerio de Deportes en el gabinete de Lasso, y Jonathan Parra, legislador por Guayas, que fue director nacional de la Secretaría de Gestión Política en el gobierno de Correa, y director de un hospital del IESS, en Guayaquil, en el gobierno de Lenín Moreno.
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