Obispo paraguayo lamenta que la democracia no haya acabado con la desigualdad en su país

Ricardo Valenzuela, obispo de Paraguay.

La Iglesia católica de Paraguay lamentó este viernes, en una carta pública con motivo de la festividad de la virgen de Caacupé, que la democracia que el país conquistó en 1989 «no trajo la bonanza que todos esperábamos».

«El progreso y las inversiones se expandieron y alcanzaron a grandes sectores de la sociedad, pero hay siempre un importante segmento de la población que carece de los más básicos recursos para una vida digna», expresó el obispo de Caacupé, Ricardo Valenzuela, al leer la misiva al término de la eucaristía con motivo de la celebración de la patrona nacional.

«Ya pasaron -agregó el jerarca- siete Gobiernos, de cinco años, en democracia; y en todo ese tiempo no supimos frenar la sangría de la corrupción que está volviendo anémica al país. Es hora de acabar con esto. Se necesita patriotismo y coraje para que nuestro país alcance un sitial destacado en el concierto de las naciones».

En ese contexto, se refirió a la carta de los obispos “Saneamiento Moral de la Nación”, que aseguró cumplió 44 años y en la que los dirigentes del Episcopado «realizaron un profundo diagnóstico de la situación del país en el marco de una dictadura» (1954-1989).

Valenzuela indicó que aquella carta «ya advertía en 1979 sobre la necesidad de ‘reconstruir el tejido social en el país'», y subrayó que «ahora se impone más que nunca trabajar en ese propósito».

Entre otros, el obispo llamó la atención de las «autoridades recientemente elegidas», encabezadas por el presidente Santiago Peña, quien se impuso en los comicios de abril y juró al cargo en agosto pasado, al considerar que «no hay tiempo que perder».

«Es imperioso entrar en la dinámica de la acción. Es urgente activar las instituciones porque el hambre, la enfermedad, la falta de empleo digno y la inseguridad no se detienen», señaló.

El religioso destacó que la ciudadanía ha confiado «nuevamente en ustedes», en alusión a la reelección en el poder del Partido Colorado, ya que «pese a los desaciertos y graves omisiones que originaron múltiples pérdidas, les ha renovado el ‘contrato'».

Entre sus reclamos, Valenzuela señaló que se necesita que las autoridades «se enfoquen en la búsqueda de soluciones y dejen de lado las rencillas internas».

También observó como una «preocupación reciente y palpitante» el caso del Instituto de Previsión Social (IPS), actualmente en medio de la discusión de un proyecto legislativo que busca crear la superintendencia de jubilaciones y pensiones.

Y apelando a una frase popular, Valenzuela consideró que «el horno no está para bollos», en alusión a la situación «muy tensa» a nivel internacional con las guerras de Ucrania con Rusia y la de Israel con el movimiento terrorista Hamás.

«Cualesquiera de las dos pueden desencadenar una conflagración mundial con tintes apocalípticos, y aunque se desarrolle muy lejos de nuestro territorio; sin embargo, puede suceder que de pronto nos alcancen sus efectos destructivos», alertó el jerarca, que llamó a orar por la paz y urgió a no perpetuar «el estado de extrema desigualdad» que ha caracterizado a Paraguay. EFE (I)

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