
Guayaquil, Ecuador
Mis amigxs de fuera
Pero también lxs de dentro
Me piden les explique
Cómo llegamos a esto
Antes o después me abrazan
Y yo les digo gracias
“Nada como la catástrofe
para crear comunidad”
Escribió más o menos Blanchot
Inmundicia tras desastre tras ignominia
Me pregunto si aquí funciona así
Tras el terremoto de 2016
Tuvimos cierta ilusión
Grupos de teatro
Estudiantes de medicina
Sicólogxs
Improvisadxs rescatistas
Y un enorme etcétera
Arrimaron gratis sus hombros
Y marcharon a Esmeraldas y Manabí
Quienes se quedaron en sus ciudades
Organizaron convoyes
Fundas de comida
Kits de primeros y segundos auxilios
Para mí, que amodio a mi país
En la exacta medida en que de niño
Fui su enamorado
Fue sinceramente ejemplar
Casi inesperado
Tanto como décadas atrás me había asombrado
La capacidad de sacrificio y trabajo
De cientos de miles de exiliadxs
Tras el fraude bancario de 1999-2000
La clase alta se volvió media
La media proletaria
Y la proletaria más jodida todavía
Sobre el desgarramiento de sus afectos
Con el barril de petróleo por los suelos
Sus remesas sostuvieron a la patria
Y una nueva generación comprendió que no existe
Un modelo de familia ideal o natural
En ese entonces una abuela, una tía
Incluso un buen vecino o una hermana pequeña
Fueron madre, padre, contención y abrigo
Hoy en los noticieros se pone de moda
Decir que somos una mierda
Que hemos fracasado como Estado
Que estamos podridxs hasta el tuétano de nuestros huesos
¿A quién convoca ese plural?
Muchxs sueñan con un Bukele ecuatoriano
Lo cual tampoco es novedad
Cuando Ecuador era una isla de paz
Sólo en comparación con sus vecinos
-en plena Operación Cóndor de los 70
nuestra dictadura se apodaba dictablanda–
Clases medias, bajas y altas protestaban
En el debe de esa paz
Contra nuestro subdesarrollo e indisciplina
“Aquí lo que necesitamos es un Pinochet”, decían
Como si nuestros patriarcas nos hubiesen fallado
No por el lado de la mariquita democracia
Sino por el de la mano dura
En los 80 tuvimos al menos una
León Febres-Cordero y su caza de brujas
En nombre de matar terroristas a la víspera
Convirtió a nuestra policía
En nuestra principal banda criminal
¿Cómo explicar que eso despierte melancolía?
Otra mano dura ejemplar fue de izquierda
Y en su apellido llevaba nuestra penitencia
“Dale Correa”, gritaban sus huestes latigueando
Emulando a Mussolini antes que a Allende
Ubicados en supuestas antípodas ideológicas
Los despotismos de Febres y Correa fueron siameses
Pisotearon la Constitución
Usurparon las demás funciones del Estado
Sometieron a las instituciones públicas a sus intereses
Chantajearon, coimaron, doblegaron y se asociaron a los privados
Utilizaron a las fuerzas y cuerpos de seguridad contra sus adversarios
Amaestraron a traficantes de tierra y los convirtieron en diputados
En marzo de 2008 el presidente colombiano Uribe
Violó nuestra soberanía
Bombardeando un campamento de las FARC
Convenientemente apostado en territorio ecuatoriano
El informe final de la Comisión que investigó los hechos
Disgustó a nuestro emperador, su propio promotor
Ya entonces el Ecuador se reveló como un narcoestado
Pero mucho antes de eso
Nuestra República colonial y extractivista
Ya había convertido a nuestras cárceles en infiernos
Reproductoras de privilegios y asimetrías
Escuelas de delincuencia
Antesalas de la muerte
Esta vieja costumbre inhumana
Considerar que la vida de los prisioneros no vale nada
Tal vez explica en gran medida nuestra actual metástasis
Hoy que el país, es decir su gente, se desintegra
El pueblo ovaciona en las calles
La omnipresencia de las Fuerzas Armadas
Para decirlo en lenguaje de Batman
Es lo que el Joker querría.
