
Quito, Ecuador
En un mundo donde las democracias escasean y los populismos se toman los radicalismos en varias partes del planeta, las libertades serán añoradas en menos tiempo del que se espera. Ecuador ha tenido como ejemplo los modelos anglosajones los cuales, de cierto modo, hasta desesperadamente, ha buscado imitar.
Sin embargo, viendo un futuro que será eternamente predecible, a menos que algo realmente extraordinario cambie, la llegada de un Donald Trump a Estados Unidos, una economía canadiense hecho pedazos gracias a las políticas de izquierda tomadas por Trudeau y el avance de la delincuencia por parte de las decisiones de Biden en el territorio estadounidense, muestran una idea de qué modelo realmente debemos seguir.
Europa es un continente altamente inestable y socialmente fracturado. El avance de los populismos y la guerra de Rusia con Ucrania marcarán agenda en los próximos meses y años, mostrando una debilidad de las políticas occidentales donde un radicalismo aún más fuerte no sólo amenaza con destruir infraestructuras sino también con destruir las ya caldeadas posturas entre movimientos sociales que en general mantienen discursos nacionalistas contra los migrantes que cada vez son vistos con buenos ojos, sin importar la nacionalidad que tengan y otros que están a favor —aunque son minoría en su totalidad— y donde vivir es realmente una proeza.
Una guerra civil entre las regiones de España por los fraccionamientos del gobierno es cada vez más probable mientras una sequía arrasa la península ibérica por el cambio climático. En definitiva el costo de la vivienda, la comida, la energía y la manutención en general llegan a niveles alarmantes, mientras la corrupción y el crimen organizado amenazan cada vez más con tomarse la institucionalidad europea.
Asia, presenta también conflictos muy graves que se abrieron gracias a la guerra entre Israel y Palestina. El mar Rojo tomado por los hutíes y las bandas terroristas satánicas que se adueñaron de Puerto Príncipe en Haití, nos podrían realmente hacer reflexionar sobre lo que implica un verdadero Estado fallido. La libertad y el crecimiento sobre el individuo es lo que evidenciara realmente un cambio del mundo. El lugar geográfico será lo de menos, donde además influirá que el costo de la vida sea cada vez menos costosa.
Las grandes democracias y modelos tambalean y cada vez la raya que divide el «Primer Mundo» del «Tercer Mundo» es menos notoria. Los conflictos y las guerras se producen en un momento además donde intelectuales escasean y la cultura es un mero vehículo de propaganda política de izquierda.
La sociedad ecuatoriana debido a su «conservadurismo» que ha criticado los grupos más progres de nuestro entorno es realmente lo que nos ha salvado de la debacle de países como México, Argentina, España o Chile, donde un feminismo radical y autoritario tomó posesión d otros sectores por la fuerza y el vandalismo.
Mientras haya democracia nada estará perdido. Es más seguiremos siendo una isla en el mundo en donde el pensamiento libre no será recriminado. Aquello vale la pena toda la lucha y el esfuerzo diario que como individuos necesitamos dar. Aunque la situación actual se vea compleja, a largo plazo y en poco tiempo se verán los resultados. En un mundo que está peor que nosotros, es la mayor evidencia de que salir de Ecuador, desde ahora y por los próximos lustros, puede no ser una buena idea.


