
Guayaquil, Ecuador
Cuando digo que hay que privatizar la electricidad, las personas se escandalizan. Algunos reaccionan como si hubiera dicho una mala palabra, como si se tratara de una ofensa a Dios o algo similar. Los entiendo, quizás no están listos para esa conversación. De todos modos, aprovecharé estas líneas para hablar del tema.
- El contexto: el apagón nacional inesperado del pasado 19 de junio. Es el mejor momento para recordar que la solución definitiva a los apagones es la privatización.
- Antes de que me sigan insultando. ¿Qué es la privatización? Es dejar que sean las empresas privadas las que se encarguen del asunto en lugar de los políticos fracasados.
- ¿Por qué eso sería la solución definitiva? Porque las empresas privadas, si ofrecen un mal servicio, quiebran. En cambio, el Gobierno te ofrece un mal servicio y no pasa nada.
- Ojo, hay que privatizar sin privilegios para nadie y que vengan la cantidad de empresas que tengan que venir, que haya verdadera competencia, no solo uno o dos amigotes del gobierno de turno, pues sería lo mismo que nada.
Y si hay empresarios que se hacen ricos vendiendo electricidad, pues muy bien, que se hagan ricos los buenos empresarios que dan buenos servicios y verdaderamente compiten. No seamos envidiosos.
Piensen en todo lo que funciona bien: la tecnología, la ropa, la alimentación, etc. Todo lo que funciona bien es así porque son empresas privadas compitiendo y mejorando. Por lo tanto, hay que privatizar la electricidad.
