Baños de Agua Santa, ¿ciudad de luz?

Juan Diego Vivanco Vieira

Baños de Agua Santa, Ecuador

Se supone que la temporada de lluvias empieza a partir del mes de junio, pero estos últimos años, se han dado fuertes lluvias torrenciales que han causado destrozos e incluso han costado lamentablemente decenas de vidas humanas, sin embargo, y a pesar de esto, no ha habido la seriedad ni el compromiso de parte de las autoridades competentes por accionar planes orientados a prever y/o procurar anticiparse a cualquier posible amenaza y de esa forma prevenir y evitar desastres futuros; desastres como el ocurrido en la Parroquia de Río Verde, del cantón Baños de Agua Santa, en los caseríos de Quilloturo, El Placer y la Merced el domingo 16 de junio.

Una consecuencia de los desastres que se ha vendido dando se deben a riesgos mal manejados, a la incapacidad, llámesele también comodidad o ceguera de las autoridades locales y nacionales de no prever la íntima relación que hay entre la disminución de la vulnerabilidad y la posible amenaza que pueda tener alguna zona geográfica determinada sobre una población o asentamiento humano. Es imprescindible que dentro del Plan de Desarrollo Territorial se incluyan de forma coordinada e integral, leyes y ordenanzas destinadas a la prevención, preparación y mitigación de cualquier posible desastre o amenaza; como, además, que permitan dar una respuesta rápida y eficaz para la rehabilitación y recuperación de la o las posibles zonas afectadas.

 Necesitamos de políticos y servidores públicos trabajadores, honestos, capaces y probos, pero de esos, quedan cada vez menos; pues, como por lo general sucede, estamos obligados a elegir entre el malo y  el menos malo, eso sí, si es que no hay algún interés personal de por medio; pues sabido es que, la mejor forma (y la más rápida) para salir de la pobreza es siendo parte de cierta clase política o al menos arrimándose a ella, obviamente con la inclaudicable condición de serle siempre fiel, dócil, útil y servil…  así es como muchos conocidos y queridos amigos terminan vendiendo su alma al mismísimo diablo.

(En buena hora que hay un Dios cuya piedad es eterna; que es lento para la ira y compasivo para los que le temen).

Baños de Agua Santa es un cantón que ha sufrido muchos cambios a lo largo de los años; tal es así que, el Baños descrito por Montalvo en sus famosos “Siete Tratados” a mediados del siglo XIX, como “una égloga de Virgilio puesta en carnes por Salvador Rosa: si hay paisaje bello en el mundo, ese es (Baños).”; esa aldea que fue visitada y fue cuna de científicos y hombres ilustres ya no existe, hoy, es una de las ciudades turísticas más concurridas del Ecuador y consecuencia de aquello, su crecimiento urbanístico, económico y poblacional ha ido en aumento en las últimas dos décadas; pero de una manera irresponsable, anárquica y desorganizada, que han tenido y tienen inevitables repercusiones en una sociedad cuyas dinámicas se vuelven cada vez mucho más complejas, por lo que amerita de una mayor y mejor atención.

En el día se puede disfrutar de diferentes atractivos turísticos tradicionales y nuevos, públicos y privados, y en las noches, del crepúsculo al amanecer, dispone de bares, licoreras, discotecas, clubes nocturnos y otras cosillas, y múltiples lugares donde pasar y alargar la fiesta. Baños es un lugar donde se puede disfrutar todo y donde se puede conseguir también de todo, desde un milagro o una bendición de las Santísima Virgen María hasta el trago o la droga más potente y efectiva. Sí, también es el Baños de los jóvenes, de los deportes extremos, de las chivas, de los gusanitos y de los cuadrones. Es el Baños donde los hijos de la gente bien, vienen a disfrutar y satisfacer sus más alegres y alocadas travesuras.

Pero pocos hablan de la gran cantidad de desechos sólidos que produce la ciudad y de su manejo, y del sinfín de emprendimientos construidos sin permisos ni norma alguna, sobre las montañas y por doquier. Construcciones que podrían ser un riesgo y una amenaza, tanto por lo precariedad y peligrosidad de sus vías de acceso, como también por la ubicación en que se encuentran.

Pocos hablan de la terrible contaminación visual en los lugares de alta biodiversidad y de los efectos sobre su fauna y su flora. ¿Baños, ciudad de luz?  Poco se habla de las consecuencias negativas, directas e indirectas, que tiene el turismo, tales como: el alcoholismo, la drogadicción, la prostitución infantil, el desempleo, la permanente explotación laboral, el lavado de activos, la falta de oportunidades educativas y de trabajo para la juventud, el embarazo adolescente y la violencia intrafamiliar; la gran cantidad de accidentes de tránsito ocasionados por irresponsables que conduce en estado etílico y a excesiva velocidad, y así, la lista se vuelve cada vez más tenebrosa y larga; de todos modos lo único que importa es el dinero.

En fin, el turismo ha hecho que los gobiernos locales se enfoquen exclusivamente en ese recurso, favoreciendo a apenas a un pequeño grupo que centraliza y monopoliza el capital económico y humano, mientras que otras formas de crecimiento económico se ven desplazadas y olvidadas. Esta triste realidad se ve reflejada en poblados potencialmente agrícolas que se han quedado sin jóvenes, puesto que han emigrado, muchos de ellos arriesgando sus vidas, en busca de días mejores.  Ha sido por la incapacidad, la negligencia, el oportunismo y la corrupción de los gobiernos nacionales y locales que Baños haya crecido de una manera tan desorbitante, caótica y desproporcionada, atentando contra la esencia misma de la sociedad y el buen vivir de quienes habitamos en ella.

Esperemos que, por el bien de este, todavía, hermoso cantón, ésta realidad cambie, más allá del hipócrita puritanismo solapado, más allá de la charlatanería política con que se llenan la boca los medios y los grupos de poder; sino pensando colectivamente y a unísono, sobre todo, en abrir caminos para una juventud repleta de anhelos, sueños y esperanza.

Necesitamos de una sociedad educada y resiliente, que tenga objetivos claros y sea respetuosa con el ser humano y con el medio ambiente; una sociedad basada y guiada por indicadores internacionales que nos ayuden a proyectarnos hacia un futuro autosustentable e inteligente que nos permita vivir en carne propia y a largo plazo el tan añorado y buscado Sumak Kawsay.  

Uno paso significativo hacia ese horizonte ha sido, el de haber logrado una ordenanza que prohibiera el uso y la comercialización de la pirotecnia en el cantón Baños de Agua Santa; gracias a esta ordenanza ha sido posible mitigar y reducir la contaminación acústica de manera significativa. Este tipo de avances son una prueba de que, cuando hay una verdadera voluntad política y una apertura a mantener una comunicación dialéctica y constante entre los GADs, el gobierno central y la ciudadanía en general, todo cambio para el bien de una sociedad, es posible.

El Columpio al Fin del Mundo, en la Casa del Árbol, en Baños, en fotografía subida a Flickr por Pascal, en septiembre de 2015.

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