
Quito, Ecuador
Ecuador es un país libre, demócrata y generoso lo que justamente odian los partidos de izquierda que buscaron tomarse el poder del Estado bajo una misma figura. La Revolución Ciudadana alimentada por el clasismo que impone, el odio hacia los ricos y el resentimiento social, añadiendo los muchos casos de corrupción que salpican a su líder Rafael Correa, prófugo de la justicia ecuatoriana, evidencia que el totalitarismo es la base del mal llamado “progresismo”, que incluso aupado en la mafia y el narcotráfico utilizan todos los medios para poder mantener su agenda, sin importar las vidas inocentes de quienes se les enfrenta.
Nicolás Maduro el gran derrotado de las elecciones pasadas en Venezuela y cuyos “veedores” electorales salieron de la propia Revolución Ciudadana para ser cómplices del dictador venezolano evidencia el sueño del correísmo que tiene si manejara el país nuevamente. El cual es no salir más del poder sin importar sus nexos con abogados de narcos o enriquecerse con el dinero del Estado que prácticamente se lo llevaron en costales en cada “obra” en sobreprecio, jueces puestos a dedo, compadrazgos y mermar la capacidad de crítica o control por parte de la sociedad o la prensa libre.
Más de una vez, el correísmo (figuras políticas y militantes) se han opuesto rotundamente y de manera abierta a la libertad de expresión, a una justicia independiente, al libre mercado, al comercio, a la banca, a la empresa privada y al desarrollo económico de la sociedad, tratados de libre comercio y el bienestar a través de la apertura al mundo y a nuevos mercados.
No sólo implica que los principales GDOs de Ecuador estén a favor de la Revolución Ciudadana y sus jueces con su agenda de impunidad, sino que las repercusiones para el ciudadano de a pie sea un lastre y no mejore sus condiciones de vida. Esa postura madurista de “por mi agenda se hará hasta las últimas consecuencias” se traduce en falta de probidad por parte de ciertos jueces corruptos a favor de los tetones, de que Viviana Veloz y Eduardo Franco Loor utilicen sus artimañas para sacar libre a Daniel Salcedo y al sentenciado Jorge Glas, y ver las miles de maneras de traer al prófugo desde Bélgica lo que al final resta credibilidad del mundo hacia nuestro sistema judicial lo que perjudica la inversión extranjera y la creación de empleo.
El modelo chavista de la RC debe ser nuevamente enterrado en las urnas tomando en cuenta el enorme esfuerzo que nos ha implicado salir del bache socialista en el que nos metieron catorce años de gobierno de Alianza País. Si bien, Lenin Moreno evitó que ahora un Nicolás Maduro llegue a Carondelet, ese fue el inicio de la muestra de la farsa que se vivió en los diez años anteriores a su gobierno. Una vil década saqueada que nos puso en una burbuja de supuesta falta de estabilidad por seguir a un tirano, de una “seguridad” que se tradujo en tener criminales y bandoleros en las cortes y en el Consejo de Participación Ciudadana, todo a favor del “incuestionable” líder.
Los amigos de Hugo Chávez y Nicolás Maduro siguen tratando de retomar el poder en Ecuador apoyados en el Grupo (Cártel) de Puebla (antes Foro de Sao Paulo) con la finalidad de seguirse enriqueciendo del Estado a cambio de favores a las mafias. El socialismo ecuatoriano, al no tener el poder político, perder algo del judicial, el de participación ciudadana, y el electoral, utiliza las balas para causar miedo en la gente e incluso posicionar una agenda de que migrar es la única opción, cuando esto es totalmente falso viendo la cantidad de ecuatorianos que quieren retornar porque afuera tienen condiciones de vida aun más precarias que cuando salieron.
El tema es que como ellos no gobiernan entonces evitemos que el otro gobierne y eso lo hacen pese a utilizar fuerzas de choque como sicarios y narcos para asesinar personas, acabar con el comercio y utilizar dodo el poder de países cómplices de la Revolución Ciudadana como México y España para ese propósito.
Es necesario levantarse, seguir y entender que incluso la inseguridad que vive el país es netamente política. El ciudadano debe comprender que nada de lo que hace la izquierda es porque sí y mientras su agenda siga siendo la de la impunidad, harán lo que sea para retornar al poder de manera dictatorial y vengativa.
