
Quito, Ecuador
En la historia bíblica, cuando Darío se convirtió en el gobernante de Babilonia, este amaba a Daniel y quería hacerlo líder de todo el reino. No obstante, algunos de los sabios del rey estaban celosos. Entonces los sabios engañaron a Darío para que ponga una ley en la que esté prohibido orar a Dios, tal y como Daniel lo hacía, y quien lo haga sería arrojado al foso de los leones. Entonces, una vez más oró y fue enviado a la guarida de las bestias. Cuando el rey preguntó por Daniel éste le dijo que seguía vivo porque un ángel lo había salvado. Así como esos “sabios” babilónicos, el correísmo por medio del engaño y su victimización pretendieron que Diana Salazar cumpla sus caprichos y caiga a la boca de las bestias.
A pesar de estar involucrados con la mafia y la corrupción quisieron deslegitimar el trabajo de la Fiscalía para poder posicionar su imagen de “inocencia” ante la opinión pública por lo que quisieron arrojar a la fiscal al foso de los leones. Entre aullidos, chillidos, quejidos, vociferaciones, en la Comisión de Fiscalización donde además estaban presentes no sólo “leones” sino ratas, culebras y gorilas, la Fiscal no necesitó hacer acto de presencia pero la sed de venganza pudo más y entre ese “espectáculo”, su trabajo habló por sí sola (como los rezos de Daniel) y salió airosa de su supuesto destino.
Evidentemente, las órdenes dadas desde Bruselas son totales, claras e incuestionables: hay que tumbar a la fiscal antes de que se revelen más cosas. Cuando el emperador ordena se acata. Se utilizó incluso a medios digitales aliados y esto más bien ocasionó que en su desesperación se “ñañeen” con narcotraficantes para ver si con informes truncados, memes y documentos con faltas de ortografía, la gente creería en la agenda correísta. Pero, lo cierto, es que fue un efecto de implosión donde más bien el misil en lugar de llegar a la Fiscalía se desvió a Toronto y cayó en un terreno baldío de nula importancia. Se cayeron los lentes, la boina y el antifaz. ¿Y ahora qué sigue? Esa es la pregunta porque la disposición ya fue dada y de las palmeras deben siempre caer los cocos.
La frustración en los colectivos “progresistas” del país se nota también en el desgaste por planes hechos por coyotes cuyas armas, marca ACME, no deja de reventarles en la cara. Incluso esa explosión puede hacerles fracasar en la elección del 2025. Los efectos kamikazes más bien resultan burdos tiros en los pies que fortalecen aún más sus supuestos “objetivos”. Ya quedó, además en entredicho, que las cifras oficiales de Correa y Serrano de muertes violentas entre 2013 y 2017 fueran reales por un mismo excorreísta (Arduino Tomasi) que se cansó de guardar la mentira. Los discursos no se están sosteniendo y eso está resquebrajando las paredes del ático belga a saltos y puntapiés.
Sacre!, gritará despotricando con boca abierta y lengua larga mientras se jala los pelos. Lo cierto es que el tiempo corre, las elecciones están a la vuelta de la esquina y a los acólitos ya sólo les falta pintar un pentagrama en la Asamblea, poner velas negras y pedirle a Belcebú que regrese el orador y máximo líder de Europa. Balan sin cesar para ver si por demás les dan una candidatura (o al menos una caricia). Pero las fieras siguen, en el Parlamento, elucubrando, perdiendo y gritando en un círculo interminable. Del CPCCS ya no pueden tomar control y de las cortes (en apariencia) tampoco. El reloj les suena en los oídos y mejor poner a su candidata a pasear en bicicleta con ropa cara en presunción de lo que se carece. Después de todo, ¿ya qué más se puede perder?
