
Quito, Ecuador
Pese a la existencia de normas e instituciones internacionales que promueven la coexistencia pacífica entre las naciones, el mundo actual sigue siendo una selva. Ahí no manda el derecho, manda la fuerza. Y los estados más fuertes, cuando están dirigidos por líderes autoritarios, no dudan en invadir, robar, extorsionar a los estados más débiles.
En un mundo tan peligroso y amenazante como el actual, para conseguir la paz no queda otro camino que prepararse para la guerra y propagar y fortalecer la democracia; también el laicismo, pues los estados teocráticos son proclives, en el ámbito interno, a coartar las libertades fundamentales de sus ciudadanos y, en el ámbito externo, a desatar guerras religiosas.
Europa, ahora, se está dando cuenta de lo peligroso que resulta descuidar la seguridad propia en aras del pacifismo o de la comodidad, sobre todo, en un momento de consolidación del populismo autoritario en potencias nucleares como Rusia y Estados Unidos. Líderes autoritarios como Donald Trump y Vladimir Putin son, hoy por hoy, la mayor amenaza para la vigencia del estado de derecho en el mundo.
Ellos descreen del derecho internacional, porque creen, y lo llevan a la práctica, que los derechos de los estados tienen como fuente única la fuerza, lo que equivale a decir que solo los fuertes tienen derechos. No otra cosa significa el “No estás en una buena posición. No tienes las cartas en este momento” que Donald Trump le espetó al presidente ucraniano Volodímir Zelenski en la oprobiosa reunión que mantuvo con este en el despacho oval de la Casa Blanca.
¿Por qué Ucrania es ahora una víctima? Porque, obligada por Rusia y Estados Unidos a entregar sus armas nucleares a la primera, fue llevada a la indefensión con promesas de seguridad que nunca se cumplieron.
La época del populismo autoritario es, también, la época del neoimperialismo. Y el uno y el otro son producto del debilitamiento de la democracia en el mundo y del empobrecimiento moral de la población de los estados democráticos.
¿Cuánto han tenido que ver con esto las élites intelectuales y políticas de Europa y Estados Unidos? Mucho. Empeñadas en ignorar la realidad y sus verdaderas amenazas, y en defender causas que nada tienen que ver con las preocupaciones y necesidades de las mayorías, sino con ese nuevo puritanismo, con ese nuevo terrorismo de las costumbres que es la “corrección política”, las han llevado al hartazgo y las han lanzado en los brazos del autoritarismo.
No va a ser fácil salir de ahí, mientras tanto, hay que prepararse para la guerra.
