
El futuro de Rodrygo Goes en el Real Madrid está en el aire. El brasileño ha desplomado su rendimiento en un final de temporada en el que perdió la confianza. Un gol en 23 partidos. La peor de sus rachas con 13 consecutivos sin marcar. Alejado de la eficacia del pasado, la apuesta del club por el argentino Franco Mastantuono aumenta la incertidumbre.
El cambio en el banquillo del Real Madrid devolvió las ganas de demostrar a Rodrygo tras apartarse de la recta final de la temporada al no encontrarse en buenas condiciones. Nunca hubo un parte del club, ni el día en el que se retiró del entrenamiento escenificando una dolencia muscular en el calentamiento, cuando Carlo Ancelotti necesitaba jugadores ante la plaga de bajas con las que cerraba LaLiga.
El respeto a la intimidad de un jugador que el 26 de abril había jugado su último encuentro de blanco, se impuso. Fue en la final de la Copa del Rey y duró 45 minutos sobre el césped de La Cartuja. Ancelotti lo vio fuera del partido, plasmados en el terreno de juego los problemas que ya conocía y que le alejaban de su imagen. Rodrygo, que había reclamado los mismos galones que Vinícius, Kylian Mbappé o Jude Bellingham a inicio de temporada, la cerraba instalado en la peor de sus versiones desde su llegada al Real Madrid.
Entendió ‘Carletto’ que al no sentirse preparado para jugar en el Real Madrid tampoco lo estaría para su estreno en la selección brasileña. Ausente en su primera lista de convocados, Rodrygo aprovechó el parón para desconectar de todo en su tierra. Regresó a Brasil, se rodeó de sus seres queridos y se preparó para intentar volver a su nivel con Xabi Alonso. El primer día del nuevo técnico madridista trabajaba como uno más en la ciudad deportiva.
«Sé lo que había pasado, que el final de la temporada no fue fácil para él pero se tomó un tiempo que yo creo que fue bueno para un poquito resetear su cabeza», confesó Xabi en unas de sus primeras comparecencias. Confirmó la charla con el delantero brasileño para conocer de primera mano sus intenciones y tras elogiar su «enorme calidad», le incitó a ponerlo «en práctica». Estaría en su primer equipo titular.
En el esperado estreno en el Mundial de Clubes, junto a los debuts en el Real Madrid de Alexander-Arnold y Dean Huijsen, la noticia era el regreso de Rodrygo 53 días después. En el mismo tono apagado de un equipo en el que brillaron las ganas del canterano Gonzalo García, el brasileño fue quien le asistió en el gol con su pase desde el costado derecho. No hizo más antes de dejar su sitio a los 65 minutos a Brahim. Ninguna ocasión de peligro ni disparo.
Los números que acechan a Rodrygo engordaban. Un partido más sin marcar para llegar a 13 en los que en los que chutó en 16 ocasiones y apenas 5 fueron a puerta rival. Un solo gol en una mala dinámica que se inició el 1 de febrero. En cinco meses, en 23 partidos, según datos de ‘Be Soccer Pro’ para EFE, realizó 35 disparos para marcar un único tanto en nueve que fueron dirigidos a portería.
De un rendimiento regular, poniendo su firma a diez goles y cuatro asistencias en once partidos de mitad de diciembre a finales de enero, pasó a dar forma a su peor estadística como delantero del Real Madrid. Nunca antes aportó un tanto en 23 encuentros ni estuvo tanto tiempo sin celebrar un gol suyo.
Con 14 goles y 10 asistencias en 52 encuentros, la temporada de Rodrygo es la más baja en el aspecto materializador de todas las que superó los 50 partidos. En la pasada aportó más gol -17 en 51 choques-, y su curso con más participación, la temporada 2022-23, fue la que más marcó, 19 dianas en 57 partidos.
Con Xabi Alonso pasó de la titularidad en el estreno en el Mundial de Clubes a ni calentar en el segundo encuentro ante Pachuca. Pese a la ausencia en la delantera del francés Kylian Mbappé, el jugador que ha cubierto con sus goles parte de las carencias ofensivas madridistas. Así llega el encuentro ante el Salzburgo, el equipo ante el que Rodrygo protagonizó su mejor recuerdo del curso.
En apenas nueve minutos, el brasileño rememoraba su idilio con su competición fetiche, la Liga de Campeones, con un doblete que lanzaba al Real Madrid a por una goleada. A los 23 minutos aparecía en el segundo palo para rematar en carrera de diestra un centro al que no llegaba Jude Bellingham. En el 32 el inglés le regalaba un taconazo que engrandecía Rodrygo con un gran golpeo con comba al palo largo.
Eran momento de felicidad para el brasileño que a nadie le hacían presagiar su posterior desplome. Autor de diez goles en once partidos antes de un apagón inesperado del que no logra escapar. En el escaparate de un Mundial de Clubes que marcará su futuro tras ver al club blanco renovar a Brahim y fichar a un joven talento como Mastantuono en su demarcación. EFE (D)