La desnacionalización del dinero: 25 años del caso ecuatoriano

Francisco Zalles

Naples, Florida

El pasado 11 de septiembre, se cumplieron 25 años de que el sucre dejó de circular. Luego de 116 años como la unidad de cuenta, el sucre dejó de cumplir las funciones de una moneda: ser una reserva de valor, un medio de intercambio y una unidad de cuenta.

A medida que avanza la dolarización espontánea de una economía la moneda nacional va disminuyendo su capacidad de ser útil. Antes de formalizarse, la des-nacionalización del dinero sucede en tres etapas:

En la primera etapa pierde la función de ser reserva de valor. Esto sucede cuando la gente prefiere ahorrar en dólares y usa al dólar como su resguardo de valor. La segunda etapa se da a medida que la moneda nacional pierde la función de medio de intercambio. Esto se manifiesta cuando los contratos de venta de bienes inmuebles, los arriendos y los coches se transan en dólares. La última función que pierde una moneda es la unidad de cuenta. Para esto se requiere la voluntad política para dictaminar el cambio de la contabilidad nacional, empezando por el Gobierno.

La dolarización del Ecuador no fue un proceso de un día para el otro, sino que fue el resultado de un cúmulo de abusos por parte del Banco Central del Ecuador (BCE) que, desde su inicio en 1927, nunca mantuvo el poder adquisitivo de la moneda nacional. Entre inflación y devaluación, el BCE destruyó el ahorro nacional varias veces, beneficiando a unos pocos cercanos al poder y perjudicando a los ecuatorianos. Con la dolarización, los ciudadanos impusieron a sus gobernantes el respeto a la propiedad privada más democrática: el dinero nacional. La dolarización fue una medida popular que el gobierno no pudo ignorar.

Sacar al gobierno del manejo del dinero siempre beneficiará al individuo. Después de 25 años, los ecuatorianos no han sufrido una crisis financiera y el sector privado ha crecido constantemente. Hoy en día, las dos principales exportaciones de productos básicos, el banano y el camarón, representan más ingresos que el petróleo. La desnacionalización del dinero en Ecuador ha sido un salvavidas, si hay dudas solo hace falta preguntar a cualquier ecuatoriano.

Al usar el dólar como su moneda nacional, el Ecuador tiene el dinero más líquido y demandado del mundo. El dólar es la moneda de preferencia para el intercambio y el ahorro mundial. Por ejemplo, en India el 5% de sus importaciones provienen de EEUU pero el 86% de las importaciones se facturan en USD (Gopinath, 2018).

Adicionalmente, el dólar es la moneda de reserva más popular y preferida por los bancos centrales del mundo1. Es decir, el dólar es la moneda que prefiere el mundo como medio de intercambio y reserva de valor. Al mantener estas funciones, es natural que se los use también como unidad de cuenta final (es decir, la gente contabiliza tu verdadera riqueza en términos de dólares). Al estar dolarizado, el Ecuador inmediatamente elimina el riesgo de cambio en la unidad de cuenta con el mundo y mejora el cálculo económico interno.

La experiencia de los últimos 25 años en el Ecuador es un ejemplo que le vendría bien considerar a la Argentina. Javier Milei llegó al poder prometiendo dolarizar, pero todos los actos desde entonces han sido contrarios a una posible desnacionalización del dinero en Argentina. De hecho, el “Plan Caputo” ha hecho todo lo contrario: a tratado de re-nacionalizar el moribundo peso. Tal como muchos hemos advertido, este error parece estar empezando a cobrar factura hoy (este tema lo dejamos para abordarlo más a fondo en otra entrega).

Celebremos que hace 25 años el Ecuador no sufre crisis financieras desde que los ciudadanos lograron deshacerse de una moneda nacional que destruía valor y la reemplazaron con una moneda internacional de calidad.

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