Médicos Sin Fronteras (MSF) advirtió este martes de que la situación humanitaria en Darfur, en el oeste de Sudán, se ha deteriorado hasta niveles “catastróficos”, con tasas de desnutrición aguda “extremas” entre los desplazados que huyen de los combates en Al Fasher, ciudad tomada a finales de octubre por el grupo paramilitar Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR).
Según la organización, más del 70 % de los niños menores de cinco años que llegaron recientemente a la localidad de Tawila desde Al Fasher padecen desnutrición aguda, y un 35 % sufre desnutrición aguda severa. Entre los 1.130 adultos examinados, un 60 % presentaba signos de desnutrición y más de un tercio padecía un cuadro grave.
Los supervivientes que han conseguido llegar a Tawila relatan condiciones de vida insoportables durante el asedio de la ciudad: mercados destruidos, cocinas comunitarias cerradas y la ayuda humanitaria bloqueada.
Los precios de los alimentos básicos se dispararon hasta niveles inalcanzables: siete kilos de mijo, un cereal parecido al arroz, básico en la dieta sudanesa, costaban 500.000 libras sudanesas (unos 208 dólares) y un kilo de azúcar, 130.000 (54 dólares), según los testimonios recogidos por MSF.
“Estábamos tan hambrientos que empezamos a comer ‘ambaz’, un alimento para animales. Primero era gratis, luego tuvimos que pagar por él”, relató una mujer desplazada citada por la organización. MSF asegura que varios civiles que intentaron introducir alimentos en Al Fasher recibieron disparos por combatientes de las FAR.
La ONG teme que miles de personas sigan atrapadas o retenidas por las fuerzas paramilitares, y exige que se les garantice un corredor seguro para escapar: «Pedimos a todas las partes que permitan el acceso humanitario sin restricciones», declaró la coordinadora de emergencias de MSF, Myriam Laaroussi.
La crisis nutricional se extiende también a otras regiones. En el estado del Nilo Azul, al este de Sudán, el retorno de refugiados sudaneses desde Sudán del Sur ha desbordado los recursos locales, provocando un brote de cólera y un aumento de las muertes infantiles evitables. Entre julio y septiembre, MSF trató a 1.950 niños gravemente desnutridos, de los cuales un centenar falleció.
En la capital del país, Jartum, donde han regresado más de 700.000 desplazados tras la expulsión de las FAR por el Ejército sudanés, los hospitales continúan saturados.
Solo en septiembre, el hospital Al Buluk de Omdurmán atendió a 351 pacientes desnutridos, mientras que en Al Banjadeed el 46 % de los niños examinados presentaban desnutrición.
La guerra en Sudán estalló el 15 de abril de 2023 y, desde entonces, ha provocado la muerte de decenas de miles de personas y ha desplazado a más de 13 millones, mientras que más de la mitad de la población sufre inseguridad alimentaria aguda, según la ONU. EFE (I)
