El Rijksmuseum saca a exhibición todos sus Rembrandts

Marten Soolmans con Oopjen Coppit, de Rembrandt, en el Rijksmuseum, de Amsterdam.

El Rijksmuseum de Ámsterdam exhibe por primera vez toda su colección de rembrandts para conmemorar el 350 aniversario de la muerte del artista holandés, lo que incluye sorprendentes grabados y dibujos que podrían superar la belleza de sus pinturas y que no se había expuesto antes.

«Mostramos, por primera vez en la historia, todos los trabajos de Rembrandt que tenemos, que son unos 400. No habíamos sacado los dibujos y grabados hasta ahora porque son muy frágiles. No planeamos volver a hacerlo, así que esta es una posibilidad única«, advirtió este jueves a Efe el director del Rijksmuseum, Taco Dibbits.

La exposición incluye 22 pinturas, 60 dibujos y una selección de más de 300 grabados del conocido pintor holandés, por lo que es «una gran oportunidad para conocer a Rembrandt, el rebelde», según Dibbits.

El joven Rembrandt (1606-1669), comentó, «tenía obsesión por pintar la verdad y la realidad tal y como es y lo hizo con una forma de dibujar muy fina», pero con los años entendió que «había que resaltar lo que es único y por eso en sus cuadros aparecen golpes de color de forma continua», que dan el toque característico de este artista.

«Utilizaba el cuchillo con el que mezclaba las pinturas para también pintar sus cuadros. Estaba experimentando en todo momento para reflejar la realidad de forma más clara», según el director de uno de los museos más importantes de Holanda.

Esta exposición, que ocupa varias salas de la pinacoteca, no sigue una división cronológica sino temática: «los autorretratos», «Rembrandt y sus alrededores» y «Rembrandt como narrador».

El objetivo último es mostrar cómo el artista ha retomado los mismos temas «una y otra vez» a lo largo de su vida, dijo el conservador de la exposición, Gregor Weber, quien explicó, con admiración, que el espectador «no se puede cansar nunca de Rembrandt porque nos toca y nos dice historias humanas, es uno de nosotros».

Los autorretratos expuestos, que muestran a un hombre campechano y un artista experimentado, datan principalmente de su época más joven y reflejan el paso del tiempo por su vida pero también sus sentimientos y su situación personal en cada momento.

A modo de ejemplo, en 1661 se pintó a sí mismo como el apóstol Pablo, su retrato más famoso también expuesto en el Rijksmuseum hasta el 10 de junio, junto con cuadros clave de su claroscuro: el retrato de su esposa Saskia (1612-1642) que, enferma en la cama, era admirada por su marido.

Rembrandt también fue peculiar al elegir a sus musas: le fascinaban los mendigos, los artistas callejeros, los vagabundos, el paisaje y los más ancianos porque «las arrugas eran su objeto preferido» a la hora de jugar con la pintura.

Este 2019 ha sido bautizado por los museos holandeses como «El año de Rembrandt» y se busca homenajear al artista que hoy ocupa todos los libros de historia del arte y que es admirado por millones de personas, que viajan cada año a Ámsterdam a visitar el rey de sus cuadros, «La ronda de noche» (1642).

Esta exposición es quizás la más importante en tamaño y valor de todas las celebraciones, que incluyen diecinueve exhibiciones planeadas durante el año para conmemorar los 350 años de la muerte del artista de los claroscuros, un héroe holandés de los últimos siglos.

Fuera de Holanda también se recordará al autor este año. El próximo junio, se inaugurará en el Museo del Prado, en Madrid, la exposición «Velázquez, Rembrandt, Vermeer. Miradas afines en España y Holanda», dedicada a la pintura de ambos países en el siglo XVI y XVII.

«Él sabía que era bueno pero no le interesaba la fama, lo que quería era pintar la verdad y no la belleza. Por eso sorprendía tanto a los que le rodeaban que él saliera a la calle a pintar a la gente normal, a plasmar las arrugas y a dibujar de forma espontánea los paisajes», concluyó Dibbits.

Imane Rachidi, EFE

Más relacionadas