Inglaterra fue efectiva cuando más importó, derrotó por penales a Argentina 4-2 (1-1) y se clasificó para disputar los cuartos de final de la Copa Mundial Sub-17 de la FIFA México 2011. Su rival allí será otra selección europea, Alemania, quien goleó a Estados Unidos 4-0. El partido se llevó a cabo en el Estadio Hidalgo de Pachuca el jueves 30 de junio de 2011.
A pesar de la lluvia y, por consiguiente, la rapidez del campo de juego, los ingleses volvieron a mostrar un fútbol prolijo y ordenado, haciendo correr el balón y buscando atacar por las bandas. De hecho, tuvo una situación clarísima en el arranque, a los 4’, pero Hallam Hope, frente al arco y sin arquero, no logró empujar al gol una buna jugada de Blair Turgott por izquierda.
Argentina, en cambio, planteó un partido distinto al de Japón, y en vez de salir a presionar al rival en su campo, prefirió esperar, achicar espacios y luego sí, progresar en la medida de sus posibilidades. Poco había hecho para abrir el marcador cuando Maximiliano Padilla apareció para recoger un rebote del guardameta Jordan Pickford, tras un tiro libre de Marcos Pinto, para anotar sin oposición (13’, 0-1).
Inglaterra sintió el impacto y perdió claridad, más no actitud. Ayudada por cierto estatismo rival, que recién a los 32’ tomó su segundo remate al arco rival, siempre mantuvo la iniciativa y el control del balón. El premio a su paciencia llegó sobre el final a través de Raheem Sterling, quien tras ingresar al área por izquierda sacó un disparo cruzado y a rastrón que hizo estéril la estirada de Bruno Galván (40’, 1-1).
Sin goles, pero con penales
Los sudamericanos mostraron mayor ambición en el complemento. Es más, casi retoman la delantera dos veces en los primeros cinco minutos, pero Pickford desvió al córner el buen intento de Lucas Ocampo y el lateral Agustín Allione remató sin dirección tras una escalada por derecha. Tampoco tuvo puntería Brian Ferreira, quién disparó a los 58’ apenas desviado desde el vértice derecho del área mayor.
Tras aquel envión inicial, Argentina fue perdiendo fuerzas y empezó retroceder en el campo, dejando siempre una puerta abierta para el contragolpe. Los ingleses, por su parte, recuperaron el protagonismo, a punto tal de terminar dando una mejor imagen sobre el final. Tuvo dos oportunidades enormes para ganarlo, aunque John Lundstram desvió su disparo y Max Clayton casi que entregó el balón al Galván.
El gran héroe de la definición por penales fue el arquero Pickford, aquel que recibió un gol de su colega canadiense en la primera rueda, quien desvió los disparos de Gaspar Iníguez y Allione para darle a Nathaniel Chalobah la posibilidad de anotar el tanto de la clasificación.