Manchester United sigue compartiendo la punta con Valencia todo el partido

Uno de los dos punteros de la Premier League y de la ciudad, el Manchester United, recibía en Old Trafford al Norwich City, en un encuentro que ya en la previa prometía ser más que interesante por el momento en el que llegaban ambos equipos.

Es que, por un lado, los Red Devils venían de cosechar dos empates en serie, ante el Stoke City -por el campeonato local- y el Basilea -Champions League-, por lo que no podían permitir dejar escapar más puntos. Mientras que la visita, tras un mal arranque de temporada, mejoró su rendimiento en las dos ultimas jornadas y llegaba a la casa del líder en busca de su tercera victoria consecutiva.

Y la actualidad de ambos equipos pesó desde el primer minuto de juego. Pero, al contrario de lo que se podía prever, no regalaron emociones e innumerable cantidad de situaciones de peligro, sino otro estilo de partido. Más pensado, trabajado, trabado, con pocos caminos abiertos y abundancia de concentración. Y, principalmente, con una notoria prioridad -tanto de Manchester como del Norwich- por mantener invicto el arco propio.

Fue por eso que durante los 45′ iniciales el marcador permaneció intacto. A diferencia de encuentros pasados, el United no salió a toda furia a liquidar a su rival desde el primer minuto. Pese a que la visita se encontraba bien parada en el campo de juego, lo cierto es que los locales avanzaban con cautela y sin apresurarse. Y eso, de a poco, le permitió a los dirigidos por el escocés Paul Lambert sumar confianza, aferrarse a su idea y sentirse, de a ratos, mejores que los de Alex Ferguson.

Los retornos de Wayne Rooney y del mexicano Javier Chicharito Hernández, ambos recuperados de sus respectivas lesiones, tampoco influyeron en ese primer tiempo. Las combinaciones que se iniciaban en el centro del mediocampo entre el brasileño Anderson y Fletcher se volcaban hacia las bandas, donde aparecían el ecuatoriano Antonio Valencia por derecha y el coreano Park por izquierda. A ellos, se les sumaba el portugués Nani y su creatividad. Pero todas las asociaciones que intentaron terminaron en nada. La defensa visitante estaba firme, segura y sólida. Así, se fueron al descanso con el 0 a 0 en el luminoso.

Ya en el complemento, la historia no varió demasiado. De hecho, siguió como estaba, sólo que los Diablos Rojos comenzaron a acelerar un poco más. Su filosofía de juego permaneció sin cambios: toque, rotación, toque, desborde, centro… Pero nada. La última línea de los Canarios no perdía en ninguna y, encima, de contragolpe casi infla la red del arco de Lindegaard, el reemplazante de David De Gea, que por hechos extrafutbolísticos lo vio desde el banco…

Pero, ya lo dice el refrán futbolero: los goles que no se hacen en el arco rival, se padecen en el propio. Y así fue. Iban 65′, cuando Pilkington desperdició un pie a mano clarísimo y en solitario ante el arquero del Manchester, luego de que Valencia se equivocara y regalara el balón. El Norwich no acertó en esa y lo pagó. Unos minutos después, a los 68′, un tiro de esquina que cae en el área visitante y tras el incómodo cabezazo de Rooney, apareció el brasileño Anderson para rematar también de cabeza e inaugurar el marcador. 1 a 0 para el local, que no brillaba, pero era claramente superior.

Tras la ventaja del local, el Norwich contó con algunas oportunidades para alcanzar la igualdad. Pero si no había concretado cuando estaban 0 a 0, menos lo haría con el resultado en contra. La pasividad defensiva del United no bastó para que los visitantes lograran el tanto del empate. Por eso, no sorprendió a nadie que sobre el final, a los 87′, una buena jugada colectiva de los locales acabara con el definitivo grito del ingresado Wellbeck, para el 2 a 0 final.

Así, sin sobrarle nada y, de a ratos, sin merecerlo, el Manchester United volvió al triunfo en Premier. La vuelta de Chicharito y de Rooney no se notó en el marcador, pero Ferguson tiene otros cracks cuando los goleadores no dicen presente. Los Red Devils se mantienen en lo más alto del torneo inglés, pero lo de hoy debe ser tomado como una llamada de atención, por la falta de contundencia y de ideas que exhibió el último campeón.

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