Caroline Wozniacki acaba de perder la final de Indian Wells frente a Sharapova por un contundente doble 6-2, pero la exnúmero uno danesa parece estar encontrando su punto óptimo de forma tras un inicio titubeante de temporada.
La danesa, que acabó en el primer puesto de la WTA en 2010 y 2011, derrotó a la francesa Cornet, las rusas Vesnina y Petrova, la bielorrusa Azarenka en cuartos y a la alemana Kerber en semifinales. Su mejor resultado en lo que va de año, tras haber firmado una semifinal en Dubai (Kvitova) y no pasar de dieciseisavos en Australia (Kuznetsova).
La novia del golfista Rory McIlroy compite con Sharapova dentro y fuera de las canchas. En los duelos directos entre ambas, la rusa domina por 5-2. La última victoria de Wozniacki se produjo en las mismas pistas del desierto californiano en 2011. Más ajustada parece su rivalidad sobre las pasarelas y como reclamos publicitarios.
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Si Sharapova es la estrella de Nike, Wozniacki lo es de Adidas, los dos gigantes del textil deportivo mundial. Baste como ejemplo citar algunos de los otros patrocinadores de la danesa: Yonex, Oriflame, Compeed, Dubai Duty Free, Turkish Airlines, Rolex, Danske Bank, Sony Ericsson… Ninguna tiene problemas para llegar a fin de mes, ni han acusado la crisis que tiene a medio planeta con el cinturón apretado. Sólo en premios, sin contabilizar las ganancias por sus múltiples contratos publicitarios, exhibiciones, etc, se han embolsado 822.203 y 1.608.892 dólares en lo que va de año (casi 15 y 25 millones respectivamente en el global de sus carreras).
Ambas atraen la atención de los aficionados más allá de las líneas de la pista. El último ejemplo de ello es la línea de ropa interior estrenada el pasado otoño por la bella danesa (‘This is me’) junto a JBS. Wozniacki no dudó en posar para su promoción. Sobran las palabras. ¿Quién recuerda que aún no ha ganado un Grand Slam?
